12.

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Fallon

— Fallon, ¿estás despierto? —me preguntó Philip desde su lado de nuestra habitación, la cual estaba a oscuras y sumamente fría, el calefactor presentaba fallas desde principios de noviembre.
— Me encuentro no dormido —le respondí segundos después, tal vez hace cinco o seis años le hubiese parecido divertido ese comentario.
— Muy bien porque debo compartir información de suma importancia — declaró mi hermano, haciendo caso omiso a mi intento de nota hilarante.
— Mi comprensión auditiva, al igual que mi concentración son todas tuyas.
— Lo que pasa es que, bueno, es sobre Izzie —lo noté nervioso y no necesitaba dirigir mi mirada en su dirección para suponer que Philip debía estar rascando alguna de sus orejas.
— ¿Qué hay de nuevo con Izzie? —le cuestioné en un tono curioso, pero también desinteresado, cualquier noticia sobre nuestra vecina merecía una reacción sutil, e incluso poco emocional de mi parte.
— Me gusta, me refiero a que física y emocionalmente...—titubeó, él nunca había tenido dicha reacción cuando se refería a alguna chica en la que estaba interesado—, bueno eso, noté cambios fisiológicos en mí semanas posteriores a su confesión amorosa y me preocupé porque ella es mi mejor amiga o eso creía, y estábamos distanciados, por eso no le encontraba sentido alguno. Luego iniciaron los rumores y ustedes eran más cercanos que nunca, así que atribuí mis celos o mi envidia como algo puramente platónico, mi propio hermano estaba pasando tiempo con mi mejor amiga y yo no. Me disculpo por mi actitud en el mes de octubre, lo único que faltaba es que mi piel se tornara verde...por cierto ¿dónde estuviste después de que se disolviera el juego en la fiesta de Halloween? Si mal no recuerdo, tu pintura corporal estaba corrida, como si te hubiera pasado por encima un elefante o tal vez te revolcara un rinoceronte.
Mi reacción fisiológica estaba compuesta por el aumento repentino del ritmo cardíaco, sudoración en las palmas y un leve tic en el ojo izquierdo. Me reconfortaba saber que mi hermano no deseaba ver mi rostro en ese momento y que mantuviera las luces apagadas, ya que mi apariencia era comprometedora.
— Philip, yo estaba muy ebrio y acalorado —le respondí con una inusitada calma, hasta yo me sorprendí con la tonalidad de mi voz—, también algo decepcionado de mí mismo por haberte hecho enojar, así que me puse a deambular por ahí, tropecé varias veces con charcos de licor y con piernas de personas aún más ebrias que yo, por eso la pintura terminó hecha un desastre. Eventualmente no volví a levantarme, dormí en el suelo hasta que se hizo de día y fui a buscarte.
A pesar de hablar con tranquilidad, la presión que sentía en mi pecho demostraba lo contrario. Nuevamente le mentí a mi hermano menor sobre circunstancias que él debió haber vivido con Izzie y no yo. Si tan solo él hubiese sido más receptivo años atrás...
— Vaya, todo eso me hizo sentir muy incómodo, tu espalda y tu cuello, sabes lo importante que es tener un buen soporte cervical al dormir —me respondió con genuina preocupación.
— Eso ya está en el pasado, Philip. Lo importante es que después de años, por fin los sentimientos de ambos son recíprocos.
— ¡Claro! Me desvié del tema principal, mis disculpas —exclamó—. Te decía que quiero que Izzie sea algo más, al ser mamíferos nuestras necesidades carnales son muy obvias y sencillas de explicar, pero si quisiera eso no lo haría con ella, me importa demasiado, lo cual significa que el siguiente paso ¡Espera! Omití un dato fundamental: ya le dije todo y a ella todavía le gusto. Pensé que ya no estaría interesada, pero no es así, nos besamos y luego, bueno, esos detalles no merecen ser compartidos, son muy íntimos. Todo resultó como quería, aunque no lo esperaba ¿no es genial?
No hermanito, no es genial, ni mucho menos inesperado. Tampoco fue suerte o el éxito frente a los azares del universo. Lo que te ocurrió fue el resultado de un plan medianamente realizado con meticulosidad, el cual estaba a punto de ser abandonado si no hubieses reaccionado por fin de una manera explosiva a finales de octubre. Un plan que yo ideé y llevé a cabo gracias a la vulnerabilidad de Izzie en ese momento. Soy un manipulador que terminó siendo timado por su mismo juego, aquel que ahora sufre por mentiroso y desleal, y además, se convirtió en el amante de la chica que tanto te gusta hoy en día, lo que tú probaste por primera vez hace poco, ya fue saboreado y deleitado por mí, lo cual me sume en un agobio inimaginable porque tú estás confiando plenamente en mí, tu hermano mayor, al compartir tus sentimientos más profundos, y yo me sobrepasé. Me involucré demasiado y ahora no sé cómo haré para verte directamente a los ojos todos los días, cargando el peso del engaño... Al menos esa es la verdad del asunto que no podía revelar.
— Claro, me alegro mucho por ti —me limité a decir.
— Y yo me alegro que te alegre, Fallon —de repente sentí movimiento, ruidosas pisadas golpeaban contra el piso de madera.
Una figura delgaducha se posó sobre mí, aplastando parte de mi cuerpo. Sus puntiagudos codos lastimaron mis costillas, pero el sonido de su risa fue lo que logró desmoronarme. Philip me estaba abrazando, en nuestra habitación, a oscuras, colándose en mi cama e invadiendo mi espacio personal, justo como lo hacía cuando éramos niños. Él siempre fue un niño cariñoso y alegre, mientras que yo fui tildado de serio, frío y recatado. Ahora, ad portas de la adultez, su cercanía renovada me conmovió y mis brazos no pudieron evitar devolverle el abrazo.
Mientras luchaba por contener las lágrimas, mi hermano se levantó, revolvió mi cabello y entre risas me deseó dulces sueños. Esa persona que él tanto admiraba ya no existe, ahora ella solo puede limitarse a derramar sus lágrimas en la tenebrosidad de las noches gélidas y morder su puño o su manta para evitar que escuche sus sollozos e hipidos llenos de pena, abatimiento y decepción.
Lo siento mucho, hermanito.

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