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Fallon

Año Nuevo, una festividad extraña, ya que el tiempo es relativo y la forma de organización del mismo entre cientos de culturas alrededor del planeta también varía. Entendería si el invierno acabara el 31 de diciembre y el primero de enero comenzara la primavera, pero la realidad no es así de simplista, al igual que las circunstancias difíciles que me rodean y el tiempo que "avanza" sin cesar, hundiéndome en un vórtice de insania.
Mi hermano continuaba aplicando la pena silenciosa y la situación se ha agravado a tales niveles que nuestros padres han hablado con cada uno a solas, intentando sonsacarnos los motivos detrás de dicho comportamiento. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano, Philip continúa tan frío como un témpano de hielo y firme como una roca, sé que todavía no va a ceder.
Por otro lado, Izzie amainó sus constantes mensajes, y la razón detrás de esto es el hecho de que le prometí tener una conversación con antes de que terminará el año, y ella está segura de que el día de hoy no va a terminar sin que hablemos.
Me parece sorprendente que no haya tenido el valor de contarle a Baldev y Bellamy todo lo que ha ocurrido, si fue difícil relatar los hechos enfrente de Philip, no sabría cómo empezar con mis dos mejores amigos. En una escuela tan grande como la nuestra, mi vida social se reduce a dos verdaderos amigos. Jamie es amiga de Izzie y siempre ha estado rondando en mi radar de relaciones sociales, al igual que los amigos de Philip del club de robótica, los miembros del club de debate e incluso las personas restantes del club de ajedrez. Creo que nunca me había percatado de lo solo que estoy hasta este instante, no puedo contar con mi propio hermano y el soporte emocional restante es limitado, más no obsoleto, valoro mucho a esos dos chicos con quienes he tenido la oportunidad de crecer y descubrir la belleza de la vida, el problema es que cada vez que intentó sugerir una videollamada grupal para explicar la situación y que ellos me brinden su opinión, mi cuerpo se entumece y mi mente queda en blanco. También pensé en Caia, después de todo las hermanas mayores están ahí para impartir sabiduría y criticar severamente cuando la ocasión lo permite, aunque la última vez que le hablé sobre mis problemas amorosos tenía doce años y ella se rió de mí, pero eso fue después de que me diera un valioso consejo: confesar es liberador, no te garantiza el éxito, pero puede que te dé tranquilidad.
Por lo tanto, teniendo en cuenta la instrucción de Caia de diecisiete años, encontré el poco valor que quedaba dentro de mí y le escribí:
Fallon: ¿Estás libre hoy a las 7? Quisiera hablar antes de cenar.
Izzie: Está bien.
Fallon: Gracias.

***

Philip no se encontraba en casa, le había dicho a nuestros padres que estaría unas horas en casa de uno de sus amigos y que regresaría alrededor de las ocho y media. Mamá no le dio muchas vueltas al asunto y sólo mencionó que la noche iba a ser muy fría, y que no olvidara abrigarse adecuadamente.
Su ausencia me facilitaba el acercamiento a la casa de Izzie, pero continuaba sintiéndome culpable con siquiera iniciar la marcha hacia ese destino. Mientras el frío pavimento chocaba contra mis botas, recordé que mi vecina nunca dijo si su relación con Philip había terminado y yo nunca le pregunté nada al respecto. Lo cual ocasionó que me sintiera apenado e incluso lúgubre, no he sabido del estado emocional de Izzie debido a mi frialdad y lejanía que he dirigido hacia ella, semanas después es que he llegado a la conclusión de que seguramente ellos también se han distanciado, pero no había manera de saberlo ya que ninguna de las dos fuentes iba a comunicarlo conmigo, ya sea por decisión mía o externa.
Al tocar la puerta escuché la voz de Izzie a la distancia:
— Es solo Fallon, mamá. Vamos a hablar un rato en mi cuarto y luego se irá.
— Está bien, pero deja la puerta abierta —dijo Viviana.
— Obvio —dijo Izzie todavía mirando hacia la cocina cuando abrió la puerta. Al verme su semblante cambió, estaba tensa y sus ojos parecían estar apagados— Fallon.
— Izzie —me limité a decir.
— Pasa rápido, nos vamos a congelar.
Saludé rápidamente a Viviana y seguí a Izzie por las escaleras. Al llegar a la puerta de su habitación ella volteó y nuestros ojos se encontraron. Al verla ya no me sentía nervioso y tampoco sentía un deseo incontrolable de abalanzarme sobre ella, solo sentía nostalgia por lo que algún día fue nuestra amistad y melancolía al haberla perdido. 
— Mantuviste el cabello verde —dijo en un tono tan bajo, que se asemejaba a un susurro.
— Me gusta y todavía no me aburrido de él —aclaré.
— Todavía no tiene el mismo destino que yo —Izzie atacó enseguida y sin dudarlo ni un segundo. Abrió la puerta de la habitación y yo la seguí.
La chica estaba sentada en su cama, encorvada y pálida. Su rostro estaba más delgado, las mejillas que antes había lucido con orgullo habían desaparecido.
Me acerqué a la cama con cautela y al percatarme que ella no negó aquella acción, procedí a sentarme a su lado. No estaba seguro si yo debía iniciar la conversación, pero antes que pudiera pensarlo más a fondo, ella interrumpió mis pensamientos:
— Podrías haber dicho que ya estabas aburrido de mí, era muy fácil.
— No, no lo era porque no estaba aburrido —ya no había marcha atrás, estaba dispuesto a explicarle todo, así nos hiciera sufrir a los dos—, no podía verte con Philip y continuar con nuestros encuentros clandestinos.
— A Philip tampoco le importo, hace mucho no me escribe, ni me llama, dice que está ocupado con "cosas de la universidad" —Izzie hizo un ademán con los dedos que simulaba las comillas — ¿Qué está pasando en verdad?
— Le conté todo —contesté con rapidez—, me vi obligado a hacerlo.
— ¡¿Qué?! — la chica exclamó enfurecida, arrugó el entrecejo y me miró con recelo.
— Él revisó mi celular un día que tú me enviaste muchos mensajes seguidos, él estaba preocupado porque...
— ¡No me importa! ¿Cómo pudiste ser tan descuidado? ¿No podías llevarte el celular donde sea que estuvieras?
— No tenía razones para desconfiar de Philip, él no espía las conversaciones ajenas.
— Pero esta vez lo hizo...eso explica todo.
— Izzie, en serio lo siento, yo no quería que esto terminara así.
— Deberías sentirlo, me dejaste sin novio.
— ¡¿Yo soy el culpable de todo?! —alcé la voz más de lo que debería, seguramente Viviana ya había escuchado mi exagerada reacción— Te recuerdo que mientras eras feliz con mi hermano, lo engañabas a sus espaldas.
— Cada vez que te llamaba, tú venías corriendo hacia mí...
— Tú podías haber acabado con todo.
— Y tú no dijiste nada.
— Tú seguías insistiendo en verme.
— Claro, luego desapareciste de la nada, Fallon ¿no pensaste en que eso me iba a afectar?
— ¿Qué hay de mí? Me alejé porque decidí poner a mi hermano primero y no ser un simio hormonal y sin control, necesitaba sacarte de mi sistema. 
— ¿Sacarme? —aquello la sorprendió, genuinamente no entendía de lo que estaba hablando.
— Eras como una droga, eventualmente me ibas a lastimar, junto a todos los que me rodeaban. Ya no me relacionaba lo suficiente con mis amigos, incluso había disminuido mi contacto con Philip.
— Creí que...olvídalo —Izzie ya no me miraba a los ojos, agachó su cabeza y fijó su mirada en el suelo.
— ¿Qué?
Izzie titubeó, pero eventualmente pudo articular las palabras:
— No podía dejarte porque...creo al menos que ya me estaba enamorando de ti.
Su confesión se asemejaba a ser apuñalado con un cuchillo congelado. Admito que antes me sentía muy atraído hacia Izzie, pero nunca consideré lo que me ocurría como amor. Ella estuvo enamorada de Philip toda su vida y yo me atrevería a afirmar con certeza de que eso no había cambiado. Ahora, mi vecina y amiga de la infancia estaba tiritando y su labio inferior temblaba. Consecuentemente, ella lo mordió con fuerza y por fin alzó su mirada para encontrarse con la mía.
— Ya sé cómo suena, créeme que no me lo esperaba, pero también amo a Philip. Los amo a los dos, soy humana nada más.    
— Izzie —dije con cautela—, entiendo que todo lo que tuvimos fue muy intenso, pero lastimosamente...
— No sientes lo mismo —me interrumpió—, ya me quedó claro, no solo tenía que ser rechazaba por un Fairbanks-Foley, sino por ambos.
Los ojos de la chica se nublaron, sin embargo, ella luchaba por contener las lágrimas.
— Quería hablar contigo para aclarar las cosas, no puedo ser tu amante o como tú quieras designar el papel que tuve en tu vida. No es sano para ninguno de los dos. Lamento tu dolor, pero necesito espacio y tú también deberías hacer lo mismo, distanciarte de mí, de Philip y...vivir para ti.
Izzie cerró los ojos e inevitablemente las lágrimas recorrieron sus mejillas, aunque ella estaba dispuesta a no sollozar.
— Estuve toda mi vida trabajando para ganarme el corazón de Philip ¿y tú me pides que me aleje?
En ese momento comprendí que yo era el que no quería aceptar la situación, no estábamos hablando de amor, era algo mucho más peligroso, ya que Izzie tampoco se percataba lo inestable que se encontraba su estado emocional.
— ¿Crees que Philip está dispuesto a perdonarte?
— Solo hay una forma de averiguarlo —anunció mientras su voz se quebraba—. Ahora vete y no vuelvas a hablarme.
Obedecí su orden y al bajar las escaleras me despedí cordialmente de Viviana.
Al llegar a casa, la comida estaba casi lista, mis padres estaban moviéndose con dificultad por la cocina y el lavaplatos había superado su capacidad de almacenamiento hace media docena de platos, y la pila no hacía nada más que crecer. Me ofrecí a limpiar lo que estaba sucio mientras llegaba mi hermano, tenía que pasar el tiempo de alguna manera y, tomando en cuenta los consejos de la madre Izzie, cuando la mente está atareada, lo mejor es distraerse con oficios domésticos.

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