Estar en el suelo, con el rostro magullado, el cuerpo dolorido y el uniforme desencajado, no era en lo absoluto su actividad favorita; sobre todo, porque era uno de sus amigos más preciado quien lo estaba volviendo papilla, ¿cómo podría devolverle el golpe?
Takemichi apoyó las manos en el suelo y miró a Chifuyu, quién estaba a punto de saltar sobre todos para protegerlo, pero estaban completamente rodeados, además de que ya le había hecho señas para que no interviniera. Por supuesto, la batalla contra Blackdragon estaba cerca. Era cuestión de tiempo antes de poder reunir a todos sus compañeros de nuevo. Takemichi debió tener más cuidado, porque ahora era parte importante de la Toman, pero no. Andaba libremente por las calles y ahora ni siquiera podía defenderse, ni replicar. No quería hacerle daño a ninguno de ellos.
Tomaba la declaración de guerra que le profesaba Kokonoi, como algo casual, y las amenazas con tal desinterés que enervaba a los chicos. Parecía que no tomaba en serio sus ideales, cuando Takemichi entendía que estuviera tratando de ser la mejor pandilla.
Miró a Inupi de soslayo y sonrió, porque se veía mejor ahora, sin la cicatriz o la mirada petulante, y más que nunca estaba seguro que el camino que todos habían elegido era el adecuado.
—¿Qué es lo gracioso? —preguntó Inupi, dándole otra patada en el costado.
Takemichi se agarró el estómago, jadeando por la falta de aire. Hakkai y Chifuyu se veían preocupados, pero un paso en falso les pondría en aprietos, peor aún, porque Takemichi les había suplicado que no intervinieran.
Cerró los ojos cuando sintió que venía otro golpe, pero esta vez, una voz se alzó entre las demás. Fuerte y mucho más imponente. Ni siquiera Inupi o Koko, pudieron evitar hacerse a un lado.
Era Mikey.
¿Qué hacía allí? No se suponía que estuviera allí.
Takemichi abrió los ojos con pánico, pidiéndole en silencio al comandante que no hiciera nada. Pero, el chico avanzó, sin importarle nada. Estaba acompañado por Haruchiyo y Draken, también los hermanos Kawata. Los de Blackdragon no tendrían oportunidad contra ellos. Tenía miedo de que Mikey hiciera algo tonto, los lastimara, por eso dijo con la voz trémula:
—Mikey-kun, por favor...
—Takemicchi, ¿puedes levantarte? —dijo Mikey con suavidad.
—¡Por supuesto! No fue nada. —Intentó levantarse, pero el costado le dolía mucho.
Mikey lo miró con desaprobación, y luego toda esa ira la desvió hacía sus atacantes, quienes a pesar de no ser una amenaza, debían sufrir por lo que le hicieron a Takemichi.
—No aceptaré ningún trato. La Toman no hablará con ustedes, pelearemos, díganle a su capitán que le declaramos la guerra.
Takemichi intentó replicar, por supuesto, él deseaba que todo se arreglara con un buen acuerdo, pero unos brazos lo levantaron con cuidado y lo ayudaron a ponerse en pie, era Haruchiyo.
—No digas nada —le susurró el chico al oído.
Takemichi se estremeció de pies a cabeza, anonadado por esas palabras. Se distrajo con Haruchiyo y no se quedó a escuchar el resto, además de que se lo llevaron en contra de su voluntad, mientras los demás arreglaban el problema. Y un momento después, terminó en el salón de reuniones, siendo cuidado por Haruchiyo. Le estaba limpiando las heridas del rostro.
—¿Dónde está Mikey-kun? —preguntó, inquieto.
—Vendrá pronto. —respondió secamente Haruchiyo.
Nunca le había tenido paciencia a Takemichi, ni en esa línea, ni en ninguna otra.
—Pero, ¿por qué no vino con nosotros? —insistió.
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Finalmente... (SanMiTake)
FanficBasado en el cap. 277 del manga de Tokyo revengers. Alerta de spoiler. Lo único que deben saber que es un SanMikeyTake. Están advertidos. Un poco de angustia que termina bien. Lectores beta: @MisaToonPush @CandyLu369 Portada por: @MisaToonPush