Capítulo 8: Derrota

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Poco duró nuestro intercambio después de eso, ya que ni ella ni yo parecíamos dispuestos a llegar más lejos. Por lo que nos limitamos a algunos besos y muchas caricias subidas de tono.

Mentiría si dijera que no esperaba hacerlo con Mami-chan, pero tomando en cuenta la clase de situación en la que me encontraba era mejor estar agradecido.

Había esquivado una mina... y por muy poco.

―Nnnn... Mmmm... Kazu-kun, realmente quiero seguir con esto... pero tendremos que esperar un poco... ¿Si?

―¿...?

Mami me dijo aquello luego de terminar un beso algo prolongado.

Incliné mi cabeza confundido, a lo cual ella respondió sonriendo de forma maliciosa.

―Tendremos mucho tiempo para continuar después. No tienes que poner esa expresión estúpida. Ja... ya sé que solo eres un cerdo miserable que está detrás de mi cuerpo, pero no te preocupes. Al menos tienes algo de valor como pasatiempo, así que no te desecharé tan pronto. Alégrate, te usaré hasta que te rompas, hasta que seas un perro repulsivo que no pueda vivir sin su dueña...

―...

Su tono de voz de mezcló con un placer enfermizo, haciendo que un escalofrío recorriera lentamente mi espalda.

Solo pude dedicar una sonrisa irónica en respuesta aquellas palabras cuestionables.

Su lengua rosada y húmeda se introdujo en mi boca una vez más como despedida, recorriendo con afán todo lo que estaba a su alcance.

Mami-chan había estado sentada encima de mis piernas, lo cual le hacía fácil besarme hasta que me faltaba el aliento. Su mano derecha sujetaba con fuerza mi cabello, obligándome a mantener la postura que ella deseaba.

Esta vez su beso, aunque violento y apasionado, se sintió suave y tierno, como si ya hubiese saciado su deseo carnal y solo quedaran sus sentimientos puros...

O al menos así se sintió para mí.

Lo recibí con calma tratando, de alguna manera, de disfrutar esta otra faceta suya.

Aunque claro... era difícil verla como una chica pura después de todo lo que habíamos hecho esta noche...

Había perdido la cuenta de las veces en las que ella había frotado su entrepierna contra la mía, lo cual ponía mi mente en blanco. Las veces en las que pensé en abalanzarme sobre ella también habían llegado en poco tiempo a los 3 dígitos.

Cuando finalmente estuvo satisfecha, Mami-chan se detuvo y bajó de mi regazo.

Yo me recosté en la cama para recuperar el aliento.

Hacia más o menos una hora ella había entrado a mi apartamento arruinando mi reunión con Mizuhara. Desde entonces yo había estado desesperadamente tratando de "convenciéndola" de guardar mi secreto.

Esto había consumido una buena parte de mi resistencia.

Ahora solo podía limitarme a mirarla mientras rezaba para que realmente cumpliera su palabra.

Bien solo podría haberme estado usando... lo cual era una aterradora posibilidad que cubría mi frente de sudor frio.

Ella se agachó para recoger sus pantis, que en algún momento habían ido a parar en el suelo, y entonces empezó a ponérselas dándome la espalda.

Lo hacia excesivamente lento, contoneándose, mientras dirigía su mirada hacia la mía, con su típica sonrisa maliciosa fija en los labios.

Era una buena vista, pero me daba la sensación de que ella me la mostraba a propósito.

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⏰ Última actualización: Nov 08, 2022 ⏰

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