15|La Verdad.

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Lotty


Nunca imaginé que besar a alguien pudiese lanzarte por un hueco directo al mismísimo infierno. Porque así se siente cada vez que beso a Justin Brandon. Como si sus labios fuesen un par de antorchas derritiendo cada fibra de mi cuerpo. Mis instintos son desbordados por el calor que consume nuestro alrededor. Todo se desvanece en cuestión de instantes, y la música para de resonar para mis oídos. Hacemos nuestra propia música. Bailamos al compás de nuestra propia melodía. La más candente de todas.

Sus dedos perdidos en mi cintura me envían corrientes eléctricas que se propagan desde mi nuca hasta la punta de mis pies. Mantengo los párpados tan juntos como puedo, mientras mis labios se entreabren para darle rienda suelta a los suspiros que brotan lejos de mi garganta. Hundo mis manos entre sus suaves hebras de cabello. Con mis nudillos repaso el cincelado borde de su mandíbula. Y capturo sus ojos bajo mi mirada.

Me sorprende lo mucho que una mirada puede causar en mi sistema. Nunca me lo habría cuestionado antes, pero sus ojos son la tentación convertida en un par de ojos profundos. Están empañados por una capa brillante: deseo. Todo él grita deseo. Nadie nunca me había mirado con tanta veneración.

—No me mires así... —musito con los labios hormigueándome.

Su comisura derecha se eleva apenas milímetros.

—¿Cómo te miro?

—¡Así! —Trato de imitar sus ojos de cazador, pero por mucho que me esfuerzo, debo parecer una lunática.

—Bueno, permíteme que le llame a un cirujano plástico para que me transforme la cara —suelta socarrón.

—No creo que un cirujano plástico pueda hacer mucho por ti.

—¿No? —Sube una ceja en modo inquisitivo. Su sonrisa tácita debajo de esas sensuales facciones.

Con mi dedo tembloroso contorno el borde de su pómulo. Tan delimitado como una escultura tallada por el más ilustre de los escultores. Humedezco mis labios mientras me percato que contiene la respiración. ¿Por qué?

—No puedes ser más... —Entonces, antes de que las palabras puedan abandonar mis labios, una tormenta de arrepentimiento de golpea de lleno en la cara.

Justin ajusta su mirada sobre mí.

—¿No puedo ser más...?

—Olvídalo.

—¿Olvídalo? —Niega, sabaneando la cabeza cual niño entusiasmado. Se ve tan tierno cuando hace pucheros—. No, venga, escúpelo.

—No hace falta.

—Quiero saberlo.

—Era una tontería...

—No, nerd. No juegues así conmigo —masculla. Su voz resonando con extrema firmeza en mis oídos. Me roba el aliento. Sobre todo, porque seguimos con nuestras manos sobre el cuerpo del otro. La tentación sigue allí. En medio de ambos. Pulsando. Latiendo. Estremeciéndonos.

Tentación Irresistible © [Completa✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora