TAL VES, QUIZAS

Capitulo 1 DE REGRESO

Y lo miro de una manera distinta ahora que me he dignado en cuestionarle si quiere establecer una relación ya conmigo. Ser su novio seria para mí un gran sueño hecho realidad. Ahora que analizo todo esto y lo que está próximo a suceder, son buenas consecuencias que tuvieron su origen en las buenas causas que ambos no propusimos.

- ¿Enserio quieres ser mi novio?

-Lo anhelo como no tienes idea.

-También yo.

- ¿Es un si entonces?

-Es más que eso.

- ¿Qué es?

-Acepto ser tu novio Jasón.

Me voy encima de su firme pecho para sentir su corazón latir mientras me abraza tan fuerte. Le robo un beso que es nuevo para mí. Sus deliciosos labios son tan sabrosos que debo colocarme de puntillas para seguirlos exprimiendo de tanta exquisitez brindada y dada de una genuina e única manera.

-Bien. Entonces me quedare contigo.

-Estoy tan emocionado por esto.

-Dilo en plural. Pero agregare que estoy nervioso.

-Si lose.

-No lo malinterpretes.

-Para nada. Trabajaremos para estar bien. ¿Te ayudo con las maletas?

-Cielos, ya olvidé que me iba- suelta unas risas algo incrédulas.

-Debemos de salir para festejar esto.

- ¿Hablas de hacerlo oficial?

-Sí, ir a cenar con nuestros amigos y decirles.

- ¿No sería mejor primero avisarles a nuestros familiares?

-Mis hermanas saben de ti.

- ¿Enserio?

-Sí, se los dije antes de venir.

- ¿Y cómo fue?

-Pues si se sorprendieron, no lo voy a negar, pero me siguen apoyando. Sucedió lo mismo con lo de mis padres, en cuanto llegué les dije. Y una de ellas visito la ciudad solo por las cenizas de nuestros padres y se las llevo. Aún mantienen un luto decente, pero a lo que a mi concierne, debo seguir firme por ellas. Nos necesitamos más que nunca.

-Gracias por contármelo.

- ¿Esto quiere decir que también les dirás a tus padres sobre nuestro noviazgo y de tu permanecía en esta ciudad?

-Quiero decirles, porque sé que me verán salir de tu casa y no quiero que se sorprendan.

- ¿Cuándo será?

-No lose.

-Amorcito, todo tiene su tiempo, ellos no te están obligando a decirles todo. Debes entender eso.

-Es complicado porque sigo necesitando de su aprobación.

-Oye. No digas eso. La única aprobación que necesitas es la que está en tu mente. La mía tampoco importa. Recuerda que primero eres tú. ¿Si?

-Eso que dijiste parece que ya lo había escuchado.

-Si amorcito, tú me dijiste algo así el día que te llame.

- Cierto. Tienes razón. Primero soy yo.

- Entonces, ¿se hará la cena con los amigos?