𝐓𝐄𝐄𝐍𝐀𝐆𝐄 𝐃𝐈𝐑𝐓𝐁𝐀𝐆 || 𝐒𝐡𝐢𝐤𝐚𝐒𝐚𝐬𝐮

NO ERA TAN DIFÍCIL

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Con dificultad, Sasuke abrió los ojos y pestañeó varias veces antes de recobrar la conciencia. Ah, una sensación de déjà vu... Se incorporó en la cama y las sábanas azules pastel se deslizaron cubriendo sus piernas. ¿Sábanas azules?, no estaba en el hospital, era su cuarto. Se frotó los ojos y miró hacia la puerta, llevándose una sorpresa al ver a su madre y a su hermano sentados en su escritorio.

— ¿Mamá? ¿Itachi? — balbuceó.

— ¡Sasuke! ¡Por fin has despertado! — Mikoto se levantó de la silla y se precipitó hacia su hijo, abrazándolo con fuerza — ¡Me alegro de que estés bien! — su voz temblaba y lágrimas surcaban sus mejillas.

Itachi se levanto de la silla y camino hasta el borde de la cama, mostrando una expresión de alivio al ver a su hermano en buen estado — Sasuke... ¿Cómo te sientes? — pregunta con voz serena mientras acaricia los cabellos Azabache del Omega.

— Y-yo... — Sasuke se siente extraño al recibir tanta atención. Una sensación cálida inunda su pecho, es suave... Es el amor de su familia lo que a logrado tocar su corazón. Entonces... ¿Significaba que no había perdido las emociones?.

— ¡Espera!, ¡No hagas esfuerzo! ¿¡Te duele algo!? — Dice la Omega mientras pasa sus manos por el rostro de su hijo y lo examina frenética pero minuciosamente.

— Mamá, basta... Estoy... estoy bien — murmura Sasuke, forzando una débil sonrisa mientras aparta con suavidad las preocupadas manos de su madre. Con cuidado, busca con la mirada a ambos lados de la habitación, sintiendo una leve inquietud. Ya lo había notado, pero sentía la necesidad de volver a asegurarse de algo. Su padre no estaba allí — ¿Dónde...?

El silencio es roto cuando la puerta se abre y Fugaku, el patriarca de la familia, entra a la habitación. Tanto la madre como el hermano mayor de Sasuke se apartan de la cama, dejando espacio para que el padre pueda acercarse y ver a su hijo. Sasuke traga saliva, su mirada intensa se encuentra con la de su padre. Sabe lo que significa su presencia en este momento, es real, no un sueño ni una ilusión.

Fugaku abre la boca, pero las palabras parecen atascarse en su garganta. Sus ojos examinan detenidamente el rostro de Sasuke, notando el cansancio en sus ojos y la palidez en su piel, aunque aliviado por la ausencia de las temibles marcas que tanto han perturbado a su hijo. Una oleada de ternura invade su corazón, mientras el orgullo que una vez reinó en su interior pasa a un segundo plano, reemplazado por el amor y la preocupación de un padre.

Se arrojó sobre el suelo inclinándose ante su hijo — ¡Lo siento mucho Sasuke! — habla en voz alta pero con un perceptible temblor en ella — ¡Debí haberte prestado más atención! Debí... Debí cuidarte y lo único que hice fue hacerte a un lado ¡De verdad lo lamento tanto!... —

Las lágrimas fluían por las mejillas de Sasuke mientras abrazaba desesperadamente a su padre. Era difícil de creer que en ese momento, Fugaku Uchiha, el patriarca de la familia y todo un Alpha poderoso, estuviera arrodillado en el suelo, pidiendo perdón a su hijo Omega. Era un gesto inusual, pero su sinceridad resonaba en cada una de sus palabras temblorosas.