𝐓𝐄𝐄𝐍𝐀𝐆𝐄 𝐃𝐈𝐑𝐓𝐁𝐀𝐆 || 𝐒𝐡𝐢𝐤𝐚𝐒𝐚𝐬𝐮

LA MANERA DE

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El suave sonido de golpes en la puerta llamó la atención del joven Omega, llenándolo de extrañeza. Sus padres nunca tocaban su puerta; el único que lo hacía era Itachi, pero era imposible que estuviera allí, ya que llevaba tres días en una misión. Con cautela, el Omega se levantó de su cama y abrió la puerta, encontrándose con la grata sorpresa de ver a Shikamaru Nara parado frente a él.

- Hola, yo... -

Antes de que el Nara pudiera terminar su frase, el Omega cerró bruscamente la puerta en su cara. ¿Qué demonios le había pasado? ¿Por qué había reaccionado de esa manera tan estúpida cuando sabía perfectamente que Shikamaru vendría? Su corazón comenzó a latir frenéticamente. No podía evitarlo; se sentía feliz de verlo, a pesar de haberlo visto apenas el día anterior. Recobrando la compostura, el Omega volvió a abrir la puerta, encontrándose con la mirada confundida del mayor.

- Ah... ¿Todo bien? - cuestionó el Alfa, desconcertado.

- Sí, lo siento - respondió Sasuke, apartándose de la puerta para permitirle entrar. - No pensé que en realidad vendrías... mucho menos tan temprano -

- Hice una promesa y tenía que cumplirla - dijo Shikamaru, desviando la mirada. - Tu madre me dijo que estabas en tu cuarto y parecías tener el día libre, ¿no? - El Nara se quedó inmóvil frente a la puerta, sin atreverse a dar un paso dentro de la habitación. No se sentía con el derecho de hacerlo, como si entrar fuera a profanar el único lugar seguro del Uchiha.

- Sí, así es... - Sasuke miró confundido al Alfa, quien parecía una estatua sin mover ni un solo músculo. - ¿No piensas pasar? - su voz se tambaleó levemente tras decir eso.

- ¿Puedo? - preguntó Shikamaru.

- S-sí... -

El Alfa asintió ante la respuesta y entró en la habitación, cerrando la puerta tras de sí. La impresión que le causó el lugar era justo lo que esperaba. Era una habitación pulcra y bien organizada, impregnada con el hipnotizante aroma a té verde del Omega. Las cosas habían cambiado entre ellos; ya no se evitaban ni se saltaban el uno al otro cuando estaban cerca. Más bien, el aroma de Sasuke lo relajaba a un nivel impresionante.

Sasuke se sentía nervioso. Ver al Alfa frente a él, observando cada rincón de su habitación, lo ponía incómodo. Ninguna palabra salió de su boca después de eso. Necesitaba saber qué era lo que tanto pensaba Shikamaru.

- Tu cuarto es genial - habló el de coleta después de unos largos segundos, volviendo a mirarlo.

Sasuke bufó. - ¿Fue lo mejor que se te ocurrió? -

Shikamaru torció levemente los labios. - Lo siento... No sé qué más decirte. Estoy de servicio y solo vine de pasada... Me alegra verte - se sinceró el Nara. Por alguna razón, sus palabras sonaron tan naturales y genuinas que no tuvo problemas para expresarlas. - ¿Por qué querías que viniera? -