Capítulo 35

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POV Rose
 
 
 
Dimitri me lleva en sus brazos a través del bosque, sus apresurados y cuidadosos mientras yo intento tragar todo mi dolor y la ganas de gritar, esto es horrible, amo a mi bebé pero ciertamente no estoy segura de querer volver hacer ésto en algún futuro, creo que podemos quedarnos con un solo bebé, si... Eso funciona para mí.

Llega otra contracción y no puedo evitar soltar un gruñido.

¡¿Por qué demonios ésto tiene que doler tanto?!

—Tranquila, Roza, respira.— dice Dimitri con preocupación. Asiento, porque de verdad intento calmarme, solo que no me está resultando muy bien que digamos.

—Dimitri, dime, ¿Qué sucedió con el ataque de Robert?— cuestiono, tratando de distraerme y concentrar mi mente en otra cosa.

Otra contracción. Mierda.

—Los vencimos fácilmente,— me responde.— los Morois que estaban con Robert no tenían ningun tipo de entrenamiento, y los Dhampirs... bueno, no eran muchos.

Suspiro, mis manos cerradas en puños.

—¿Qué pasó con ellos?— sigo preguntando, pero suelto un grito ahogado cuando el dolor se intensifica.

—¿Estás bien?

Dimitri está preocupado.

—Si, solo sigue hablando, esto me distrae.— murmuro con dificultad.

—Bien...— frunce el ceño, pero continúa.— Los responsables de todo esto están encerrados, luego se decidirá el castigo de los traidores.— suspira con una mueca de disgusto.— Nathan Ivashkov esta involucrado.

Yo lo miro atónita, sorprendida.

—¿Qué?— espeto.— ¿Por qué?

—Nathan Ivashkov te quería muerta, así que se unió a Robert en todo esto.— espeta con una mirada furiosa.— Por supuesto, él no tenía ni idea de el plan principal de Robert era liberar a los usuarios de espíritu.

—¿Me quería muerta?

Maldito viejo.

—Él no quería que tuvieras al bebé.— explica, mi mente viajando hacia lo ocurrido en la junta del Consejo, el día que se enteraron de mi embarazo.

Otra contracción.

Bufo.

—Maldición.— jadeo tocando mi vientre, pero justo en ese momento salimos del bosque.

Dimitri me ayuda a subir en la camioneta, me coloca el cinturón de seguridad y, tras rodearla y subier al asiento piloto, arranca.

Las contracciones son más frecuentes, puedo hay una extraña presión en la parte baja de mi vientre y siento que puedo explotar en cualquier segundo. Inhalo y exhalo todo el trayecto camino, solo quiero llegar rápido porque siento que no voy a resistir mucho tiempo.

Si, Dimitri y yo solo tendremos un hijo, eso es todo.

Llegamos al hospital y yo casi grito aliviada, en cambio, solo suspiro y dejo que Dimitri me ayude a bajar del auto. Me lleva al interior del edificio y estando ahí, veo a todos nuestros amigos esperando. A excepción de Eddie y mi madre, supongo que ellos llegarán más tarde.

—¡Rose!— exclama Lissa, corriendo hacia.— ¿Estás bien?

Toma mis manos y yo intento darle una pequeña sonrisa.

—Definine "bien"— murmuro, ante su mirada confundida y a raíz de otra maldita contracción, grite apretando sus manos.— Estoy bien, Liss, pero alguien ya quiere salir.

Academia de Vampiros: Nada es ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora