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♡° chapter 5

Los besos fueron lentos, las caricias suaves y sus respiraciones agitadas, sus alientos se mezclaban. Se habían estado besando desde hace un buen rato, Jungkook no quería ser brusco, quería tomarlo con delicadeza y que no pensara que esto solo era más que una simple follada.

Él admitía que le gustaba mucho, Jimin es hermoso y odiaba ese sentimiento de menosprecio que se daba solo por el hecho de no poder caminar bien. Él quería hacerle sentir las maravillas del placer carnal sin llegar hacer tan brusco.

Con su pulgar, delineó sus regordetes labios, de izquierda a derecha de derecha a izquierda, jugando con ellos. Abrió un poco su boca e inmediatamente el rubio chupo su pulgar, dando una imagen obscena. Eso solo endureció más el miembro de Jeon que moría por salir de sus pantalones.

Empezó a besar su cuello tocando su delicado cuerpo como si se fuese a romper, Jimin lo disfrutaba, sus toques tan sutiles lo hacían suspirar queriendo más. Su cuerpo se restregaba con el más grande mientras el fuego recorría sus cuerpos sumamente calientes. La ropa fue retirada lentamente, apreciando ambos sus cuerpos, torsos y esos músculos que el mayor poseía. Ante los ojos de rubio parecía una estatua de esas que poseían los grandes museos, Jeon si que era toda una escultura perfecta.

El delgado cuerpo del menor era como una obra de arte abstracta humana, delgada, hermosa, mirándose sus costillas mientras arqueaba su espalda: Era maravilloso de ver. Jimin sentía un poco de vergüenza por dejarlo ver su cuerpo desnudo, apenado que tal vez se arrepentiría de ello, cuando quito su pantalón junto su bóxer, fue ahí donde el rubio quiso esconder esa cicatriz.

Jeon noto esa intención así que apartó su mano para besar su palma. Tiro el pantalón aun lado, tomó su pierna dónde aquella cicatriz fue visible para él, no era nada como lo plantó Jimin, no era la gran cosa, pero si había una gran grieta en dos partes de su rodilla que llegaba un poco a su pierna. La beso. Beso, esa rodilla que tanto temía el rubio que viera, recorrió con besos toda ella mientras llegaba a su pelvis.

─Eres hermoso, que jamás alguien te diga lo contrario Park, eres perfecto. ─Siguió besando esa zona tan delicada y sensible─ Las cicatrices las tenemos todos incluso yo las llevo por dentro.

Tomó su pene para comenzar a bombearlo con su mano, cosa que hizo gemir al rubio, sus ojos brillaban ante la lujuria. Al sentir la lengua del mayor, no contuvo ese gruñir, sus dedos pequeños se metieron en los cabellos sedosos y un poco enredados de Jeon, tratando de sostenerse de algo.

Jeon sacó el pene de Jimin de su boca dejando un hilo de saliva, una imagen obscena ante el mirar de aquel rubio.

─No aguantaré, quiero tenerte dentro. ─Le pide en un hilo de voz baja.

─¿Tienes condones? ─negó el rubio, no había pensado en eso.

─Creo que tengo pastillas, no había tenido acción desde hace mucho, no lo ví necesario.

Jungkook no sabía si hacerlo sin protección, pero en ese momento no quería parar, él también hace tiempo que no follaba con nadie.

─Está bien, te compraré unas muy efectivas en la mañana. Ahora solo quiero tenerte, quiero sentir tu estrechez.

─Pues hazlo, casi me corro en el momento que empezaste a chupármela ─Jeon sonrió, pero no sé negó.

Quito su bóxer dejando ver ahora sí su cuerpo totalmente desnudo, Jimin trago grueso «Dios bendito» en su vida había visto un cuerpo tan fornido y con en gran falo grueso y venoso, estaba seguro de que sus juguetes se quedan cortos ante ese pene que se cargaba Jeon. Sus muslos bien trabajados, todo en él era perfecto.

─Tranquilo, seré cuidadoso.

Jalo un poco sus piernas rozando su pene en la entrada del menor, Jimin quería sentirlo ya, quería que lo penetrara de una vez por todas. Y así lo hizo. Con sumo cuidado entró en el rubio, este sonrió un leve dolor pero muy placentero a la vez.

Al estar completamente dentro, se quedó quieto un momento, el ardor aún lo sentía, era como su primera vez pero incluso mejor. Se miraron a los ojos por unos segundos, algo ese mirar les decía que eso significaba algo más. Acaricio su mejilla regordeta y roja, beso cada parte de su rostro angelical, Jimin sentía su corazón latir con fuerza, rozaron sus narices con cariño.

─También eres hermoso, kook. Muévete ya estoy listo.

─Me gusta ese apodo, nene.

Jimin sonríe para luego atacar sus labios delgados, mordiendo y entrelazando sus lenguas. Las embestidas no tardaron en hacerlos sentir placer, rápidas pero placenteras. La pobre cama rechinaba, los gemidos de Jimin se escuchaban por toda la pequeña habitación, Jeon le estaba dando en ese punto que le hacía ver la galaxia entera.

Siguió embistiendo hasta no poder más, tocó y beso en recorridas ocasiones aquel cuerpo pálido, Jimin no se quedó atrás, entre esos chupones y mordidas dejó su marca que ahora le pertenece ese hombre que ayudó de una muerte segura. Ahora lo hacía sentir placer y éxtasis, lo que es ser tomado realmente por un hombre de verdad.

Cada caricia, cada beso, cada mala palabra que salía de su boca solo era la confirmación del buen trabajo que Jeon hacía con él. Empujó un poco más, dio una fuerte estocada para correrse dentro del rubio. Jimin macho ambos abdómenes dejando salir un grito que hizo sentir el mejor orgasmo de toda su vida: ni siquiera con su ex pareja se sintió de esa manera.

Jeon estaba seguro de que quería tener ese cuerpo debajo de él por siempre, después de esto ni loco lo dejaría ir tan fácilmente. Sus cuerpos sudados, sus respiraciones irregulares, los besos que no dejaban de darse, era una lucha por quién cedía a quien. Se tornan lentos, más cariñosos como si quisieras decirse algo más.

Fue mágico, fue lo mejor que había experimentado.

Jungkook sale de Jimin, se acuesta a su lado para luego abrazar su delgado cuerpo, Jimin se acostó en su pecho. El pensamiento de su rodilla quedó en segundo plano, ya ni siquiera le importo. Jeon lo hizo sentir como nunca antes lo había hecho sentir.

Alguien muy hermoso.

─Eso fue fantástico ─Habla el rubio quien acariciaba con su dedo el pecho de Jungkook, trazando círculos en él, deleitándose con sus tatuajes.

─También disfruto de hacerte mío Park, eres realmente una obra de arte que disfruté pintar.

─¿Soy una obra de arte? ─pregunta mientras Jeon toma su mano para besar sus deditos regordetes.

Cálido y hermoso.

─Lo eres, eres mi obra de arte.

─¿Ahora soy tu obra de arte?

─Ahora eres mi obra de arte Park, porqué si crees que te dejaré escapar estás muy equivocado ─Levanta su pierna para cruzarla sobre él, acariciando su muslo haciéndole sentir cosquillas al menor─ Eres mío Park Jimin.

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Esto se puso mejor. Subire los que faltan mañana, para continuar donde se quedó.