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♡° epilogue

La familia más hablada de Seúl y la más hermosa estaban disfrutando de un hermoso día en el zoológico con su hermoso hijo, siendo ellos la familia que todos admiran y ven por ser el ejemplo a seguir.

Aunque se sentían un poco incómodos les gustaba salir en familia y más cuando su pequeño Soobin quería ir a algún lugar en específico en está ocasión su hijo quiso ir al zoológico a ver los animales.

Disfrutaban de un paseo familiar, como lo hacen cada sábado que tienen libre.

—Papi kook, mira —señala la jirafa— es una jilafa.

—Se dice jirafa cariño —lo carga para que la vea mejor. Lleva Jimin con un poco de su comida para que su hijo le diera a la jirafa.

—Puedes alimentarla cariño, toma.

Soobin tomó la comida y la grande jirafa se acerca para comer, el pequeño estaba feliz de ver cómo ese gran animal come de su manita y le hace cosquillas. Jungkook lo aparta para bajarlo y continuar su recorrido.

—Wao, ¿papás vielon eso?

—Si cariño lo vimos. Por qué no vamos a ver a los hipopótamos.

—¡Si!

Gritó entusiasmado Soobin corriendo a dónde estaban la sección de hipopótamos. Su pequeño estaba lleno de energía como siempre, parecía que jamás se le acaba la batería, era demasiado curioso y aventurero.

Jimin adoraba a su pequeño Soobin con todo su corazón, era un niño adorable, siempre los tenía de un lado al otro. Amaba a su pequeña familia, en algún momento se sintió mareado y tuvo que sostenerse de su bastón. Él lo sabía, sabía a qué se debía.

—¿Estás bien amor? —se preocupa al ver algo extraño en él.

—Si, sólo que casi tropiezo no fue nada.

Miente.

—Cuidado hay mucha gente y podrías tropezar. ¿Seguro que es solo eso? Te ves pálido.

—Estoy bien amor siempre estoy así de pálido. Mejor ve con Soobin que corrió a dónde los hipopótamos.

—Descuida, los guardias los están vigilando a todo momento. —le dice Jungkook abrazándolo— ¿No estás cansado?

—Creo que hacerme esa operación de rodilla fue lo mejor, ya no me duele y camino sin cansarme tanto. No te preocupes más kookie.

Jungkook le acaricia la mejilla.

—Con tal de que estés bien haría lo que sea por ti mi amor —le roba un beso sonrojado al rubio— Te amo.

—Te amo más. Ahora vamos con nuestro hijo antes de que se les escape a los guardias.

—Vamos.

Entrelazan sus manos y caminan adónde su hijo, este se queda admirado por los grandes hipopótamos, le gustaban muchos animales aunque le gustaba más los deportes, no tenía nada que ver la una a la otra, pero era muy indeciso con estás cosas, le gustaban muchas.