Virtud: Benevolencia

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Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Kishimoto. La historia es de El Reino.

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Virtud del Código Bushido: Benevolencia

A la mañana siguiente, Sasuke salió para ver a Hinata haciendo lentamente un par de katas. Era minuciosa con sus movimientos, teniendo cuidado de no poner todo su peso en el muslo herido.

La observó durante un segundo, más por razones académicas que por otra cosa. Sus movimientos eran extraños y no podía percibir chakra procedente de ella como cuando los shinobi practicaban. Los shinobi se entrenaban para ser rápidos, eficaces y sigilosos. Los samuráis eran audaces. Querían que los vieran.

Hinata tarareaba algo en voz baja. Sonaba como un grito.

Lo había visto una vez, brevemente, en la guerra. Los samuráis gritaban antes de encontrarse con su enemigo en la batalla. Sus bramidos eran un crescendo de ruido y poder. Sasuke sabía que lo hacían para intimidar, pero si lo usaban durante los entrenamientos, tal vez era una forma de activar su memoria muscular.

Tomándose un momento más para mirar a la samurái, él salió del techo y saltó al porche. Quiso decir algo, pero una llamada desde la puerta lo detuvo.

Hinata también se detuvo, mirando primero a Sasuke y luego a la entrada del recinto.

Molesto, se dirigió a la puerta. Reconoció el chakra, así como la voz.

—¡Yuujuu! —llamó Tenten—. ¡Déjame entrar para no tener que saltar esta valla!

Sasuke abrió la puerta con el ceño fruncido. Hinata se unió a él, pero estaba sonriendo.

—Hola, Tenten —dijo con dulzura.

Tenten sonrió. Se abrió paso entre Sasuke y Hinata. El ceño de Sasuke se frunció, mientras la veía caminar hacia el interior del recinto.

—¿Por qué estás aquí? —preguntó.

Tenten agitó una mano.

—No envías pájaros mensajeros. Nunca me visitas. Pensé que éramos amigos, Sasuke.

Él resopló, pero no discutió. Hinata se rio suavemente.

Tenten levantó una mano y esta brillaba de color verde con chakra curativo.

—No soy una experta, pero he creído que podría venir a darle los primeros auxilios básicos a Hinata, si te parece bien —se dirigió a la otra mujer—. Acelerar un poco el proceso de curación.

Hinata se unió a Tenten mientras subían a la casa.

—Me gustaría eso, por favor —respondió Hinata.

Tenten sonrió y se desvió para ver la zona de construcción.

—¿Esta es tu nueva casa? —preguntó. Sin esperar respuesta, se subió a las vigas de soporte que pronto formarían el suelo. Había grandes huecos por los que cualquiera podría caerse. Al más puro estilo ninja, ignoró el peligro y revoloteó de una viga a otra como un pequeño pájaro.

—¿Qué estoy viendo?

Con un suspiro teatral, Sasuke se acercó y se puso al lado de Hinata, que permanecía en el suelo. Siguieron lentamente por tierra mientras Tenten exploraba por las vigas.

Todo el edificio era un rectángulo. Las habitaciones estaban en los lados más largos. Un ala para Sasuke y Hinata. En el lado corto de la izquierda estaban los baños. A la derecha, la cocina y el comedor. Un patio en el centro conectaría todo y tendría una pasarela cubierta para que no entrara la nieve.

Virtudes de un TraidorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora