Se supone que Taehyung solo iba a acompañar a su mejor amigo a un concierto de su artista favorito.
Solo seria un noche, unas cuantas horas y todo seguiría igual, podría volver a casa y ponerse a estudiar para los próximos exámenes...
Pero nunca c...
Nota: Esta es una pequeña continuación del especial anterior. En comparación al otro, será considerablemente más corto.
Quiero aclarar que empezaremos por la escena del capítulo cuatro donde están en el camerino y mantienen una conversación.
Nuevamente nos enfocaremos en la perspectiva de Jungkook.
Una vez aclarado esto, continuemos💜
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- Hola... - Había murmurado cuando estuvo lo suficientemente cerca para ser notado y escuchado, sorprendiendolo en el transcurso y ocasionando que levantara su mirada.
Había quedado totalmente embobado.
Por fin lo tenía cerca, tan cerca que podria tocarlo y sentirlo si así su cuerpo y mente se lo dictaba. Tan cerca que podía admirar y apreciar su belleza de una forma que antes no había hecho y de la cual, podía embelesarse con ella. Tan cerca que le dedicó el tiempo suficiente a ese pequeño lunar que resaltaba en su nariz perfilada o en sus labios... Esos que ahora estaban entreabiertos, dejando a la vista un poco de sus blanquecinos dientes. Había notado lo hermoso que era desde que lo vió a lo lejos tiempo atrás en el escenario, pero jamás imaginó que se quedaría marcado por sus delicadas y tiernas facciones no tan comunes en un hombre y que ese detalle, solo lo atraía aún más. Al igual que, como había deseado, ahora sabía el color de sus ojos, siendo un café avellana que por la luz destellante del pasillo, reflejaban un muy hermoso mar de puntos brillantes en su interior.
Eran dignos de una persona como él. Ahora lo sabía.
E incluso notó que, era tan bajito que le causó cierta ternura el verlo tener que estirar ligeramente su cuello para una mejor comodidad al verlo.
- Te estaba esperando, por un momento pensé que no vendrías o que había ocurrido algo... - Continuó hablando, aún cuando esos pensamientos fuera de lugar lo atacaban.
- Oh, no. Lo que pasa, es que, bueno... - Notó su evidente nerviosismo, sacándole una pequeña sonrisa egocéntrica ante éso.
Probablemente él lo ponía nervioso.
- No te preocupes, entiendo que esto pueda ser muy extraño - Y vaya que lo era, hasta él mismo concordaba y afirmaba lo descabellado que estaba siendo.
Una situación tan irreal.
"El cantante más famoso de corea y el mundo, llamando a un fan cualquiera a su camerino" ya veía los preliminares si esto salía a la luz. Esperaba que no.
Iba a retomar la plática, pero fue interrumpido por un fuerte y estruendoso ruido en seco que se escuchó, cuando las puertas que daban al exterior a lo lejos de ese pasillo, se abrieron de golpe, probablemente por el fuerte viento que regalaba la noche, perjudicando directamente a sus cuerpos. Un escalofrío de pies a cabeza lo recorrió en cuanto la fría corriente llegó a su cuerpo, aferrándose más a la única prenda que lo podía cubrir en ese momento. Sin embargo, en cuanto su vista se desvió de lo reciente ocurrido, siendo ya arreglado por unos trabajadores que pasaban cerca de ahí, y volvió al pequeño castaño, se dió cuenta que el más afectado había sido él, al no tener nada más que una simple blusa delgada para cubrirse, comenzando a temblar levemente y para confirmarlo, se había abrazado así mismo. Y él, sin siquiera pensarlo o cuestionarse si era prudente o no, empezó a quitarse su sudadera lo más rápido que pudo en un acto totalmente preocupado, importandole poco si su cuerpo igualmente aclamaba calor. Era como una creciente necesidad de protegerlo, de cuidarlo, de evitar algo tan simple como el que no pasara frío.
