Se supone que Taehyung solo iba a acompañar a su mejor amigo a un concierto de su artista favorito.
Solo seria un noche, unas cuantas horas y todo seguiría igual, podría volver a casa y ponerse a estudiar para los próximos exámenes...
Pero nunca c...
Esa noche no pudo dormir. Los nervios lo carcomían tanto, que incluso su sueño y apetito se habían esfumado por completo días antes, teniendole como consecuencia dolores de cabeza y estomago que lamentablemente no se podia medicar. Siempre ocurría lo mismo, casi como si fuera una costumbre y rutina por parte de su cuerpo ponerse de esa forma, ansiosa y nerviosa, a días de fechas importantes, en este caso, su concierto.
Sin embargo y a pesar de todo, jamás cambiaría o se arrepentiría del gran sentimiento que lo embargaba cuando se encontraba arriba del escenario. Ese que le hacía sentir tan vivo y querido, donde se sentía plenamente felíz y capaz, como si no existieran los límites para poder compartir sus letras a miles, millones de personas que lo visualizaban y apoyaban a diario. Convirtiéndose en un gran soporte para todos ellos.
Un gran trabajo; difícil y agotador, pero del cual jamás abandonaría o cansaría.
Es por eso qué y regresando al tema principal, ante su muy frustrante insomnio, se levantó de la comoda cama de hotel en el que se había hospedado, para ir directo y a suspensas de no golpearse por la oscuridad, al pequeño escritorio que había dentro de la habitación y sentarse, prendiendo la pequeña lámpara que se encontraba encima del mueble para tener algo de luz.
En esas madrugadas en las que no podía conciliar el sueño, normalmente era cuando le llegaba la más grande inspiración que cualquier artista y productor necesitaría y también, de donde habían nacido sus mejores creaciones. Siendo lo mismo que ocurría en ese momento, solo que ahora, no tenía ganas en concreto de escribir una canción, sino más bien, un discurso. Más específico, regalarles unas bellas palabras a su fandom, a army. Su más preciado tesoro.
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Había terminado bastante tarde, logrando quedarse dormido a las cuatro de la mañana y eso porque casi que se obligó a hacerlo para tener una energía imparable al otro dia. O bueno, en unas horas.
Su mañana como siempre comenzó atareada, siendo levantando por su asistente a las ocho en punto y llevarlo a las carreras a que desayunara algo ligero, sano y rápido. Y en cuanto terminara, ir directo a un último ensayo general, donde se marcarían y aclararían los últimos detalles y dudas.
Una vez terminado éso, vino la ducha, donde le permitieron relajarse un poco, dejándolo en una tina con agua caliente y burbujas, y que además aprovechó para dormir un poco más.
Cuando al fin salió y estuvo seco, fue el turno de su modista para vestirlo, primero con un pants y sudadera FIlA, alegando que era para que el traje principal no se arrugara o se ensuciara en el camino al estadio, ya estando allá, seria el verdadero cambio. Su maquillaje y peinado al contrario, si fue hecho en ese instante por su estilista personal Wendy, quien había hecho un gran trabajo como siempre.
