Viernes de excesos
Propuesta: Excederse en los detalles en un cuento sobre la boda de Joaquina, la asesina."La boda de Joaquina, la asesina"
Las luces rojizas entran por la ventana. Estaba cálido y el aroma primaveral hacía cosquillas en su nariz. Joaquina, la asesina, estaba organizando junto con su nueva wedding planner, los últimos detalles de su boda. La anterior renunció y debía repasar todo nuevamente.
—¿Entonces dices que trabajas en la industria automotriz Forviden? —pregunta desde su escritorio de roble antiguo.
Su pie golpeteaba sobre la alfombra beige. Estaba impaciente. Llevaban meses hablando de cada detalle y todo debía salir perfecto; ella se aseguraría de eso.
—Así es —responde asertivamente.
Joaquina es una asesina especializada, conocida en los barrios bajos como "El Secreto Carmesí". Pero en su vida cotidiana solo era Joaquina de los Santos, empleada de Forviden.
—Repasemos los últimos detalles —repite. Saca un bolígrafo y comienza a anotar—. ¿Cómo será el vestido?
—Será largo; que roce el suelo. Entallado hasta la cintura y abriéndose suavemente en triángulo —de esta forma disimularía sus anchas caderas—. Con escote en V. No soy muy alta así que eso servirá para alargar mi figura —aclara. Agrega tanto detalle como puede. Observa la impaciencia de la mujer y sonríe maquiavélicamente—. Las mangas serán transparentes, con pequeños detallitos en blanco; ya sabes, como estrellas.
—Ajá.
—El puño será más apretado y tendrá un diseño con encaje. En la zona de los pechos quiero que tenga figuras de pétalos de flores. De manera simétrica, si es posible. Y, por supuesto, blanco.
La mujer inhala profundamente como si le estuviera costando pronunciar sus siguientes palabras.
—¿La decoración?
—Será algo simple: en la playa. Habrá sillas de madera blanca. Pequeñas y sutiles. Tres filas de cada lado con cinco sillas en cada una.
—¿Treinta invitados?
—Eso espero, aunque honestamente no creo que vengan todos. En las patas de las sillas —prosigue— habrá unas lindas masetas con tulipanes amarillos. No ira ninguna alfombra, quiero caminar por la arena. Un enorme arco de flores blancas decorará el lugar central y a los lados dos postes artesanales de luz amarilla; será al atardecer así que será un bonito detalle ¿sabe? —pregunta intentando impacientarla aún más.
—Comprendo.
—Y justo debajo del arco una mesa blanca con velas encima. Se verá todo realmente hermoso.
—Por último —agrega ya inquieta—, lugar de la boda...
—Hotel du Palais, en Biarritz, Francia.
—Eso está algo alejado de este lugar. ¿Siempre fue su sueño casarse allí?
—No realmente. Es hermoso, sin duda. Pero allí es el único lugar que encontré que permiten el casamiento postmortem.
—¿Disculpe? —pregunta desconcertada.
—Mi esposo falleció hace un año. Lo planeamos todo por dos años y teníamos todo ya pago. Luego de que murió no tuve otra opción que planearlo todo nuevamente.
—Lamento mucho oír eso —cesó su golpeteo e irguió su espalda; estaba notablemente incómoda.
Era el día de la boda. Estaba todo en su lugar. Aquella mujer había hecho un gran trabajo. Caminó por la arena hacia aquella figura de pie. Era quien legalmente representaba a su esposo, más bien, a su futuro esposo. Esto no era lo que ella imaginaba. Su fantasía le había sido arrebatada y el día más feliz de su vida se convirtió en el más lúgubre.
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Writober 2022
Random31 relatos cortos como reto "Escritubre" de Lorena Amkie. Me disculpo de antemano por errores de ortografía o gramaticales. Los cuentos tal y como los escribo, los publico. Es decir, NO tienen revisión. Las revisiones y correcciones las haré más ade...