Reto #14

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Viernes de excesos
Propuesta: Exceso de diálogos

"El secreto de la hermana de Joaquina, la asesina"

Si había algo que se me daba bien era mantener mi mar interno con calma, aún cuando en las profundidades habitaran los monstruos mas aterradores nunca vistos. Mi profesión me ha ayudado a cultivar tales cualidad que, sin ellas, no podría purgar el mundo de la manera tan eficiente como ya lo hago. "El Secreto Carmesí" era mi apodo en las fronteras en donde la humanidad choca con lo inhumano.

Pero hasta una sicaria como yo tiene almas bajo sus alas y la calidez de un acompañante eterno. A unos días de mi boda, una noticia despertó a uno de esas formas innombrables de mi interior, sin embargo la primicia no fue lo que le hizo abrir los ojos, sino su mensajero; el portador que jamás creí tener ante mí.

—No creí que sucediera, pero así fue y ambos estamos de acuerdo en que lo nuestro debe continuar —remató mi pequeña hermana Dulcina, luego de confesar frente a toda la familia su pecaminosa aventura con el que sería mi futuro marido.

—¡Oh, por el amor de Dios! —exclamó mi querida Nona abanicándose con las manos.

Todos juntos, sentados en la mesa, no hemos podido dar ni un bocado a nuestra comida. Mi nona, mis cuatro hermanos mayores y mi hermana menor teníamos nuestros platos justo en frente, allí... enfriándose poco a poco. Yo, en cambio, tomé la iniciativa y metí en mi boca una pequeña porción de la ensalada; y observé.

—¿Con que intención nos cuentas esto? ¿Qué mierda de maquinaria en tu cabeza te trajo hasta aquí a revelarnos esto justamente en este momento? —saltó Ramos haciendo saltar su plato con un golpe en la mesa.

—Claramente es lo más prudente. Faltan unos días para que se consagre su matrimonio y ya no hay más tiempo; deben cancelarla —concluyó firmemente. Mantuvo su postura recta, sus ojos fijos y su temple segura—. ¿O no, Luciano?

—Yo... No lo sé. Es que...

—Por favor, hermano. Siempre he podido contar contigo, apóyame.

—Dulcina...

—¡Por favor! ¿De dónde salió todo este teatro? Esta estupidez es... simplemente es... increíble —Ramos se levantó de su silla respirando profundamente y se alejó de la mesa dándole la espalda. Se lo escuchaba refunfuñar entre dientes.

—Hermana, entiende que no puedo apoyarte en esto. Te amo, pero no es la forma, no era la forma de explicarlo. Lo hablamos.

—¿Alguno de nosotros se detuvo dos segundos a pensar en Joaquina? —resaltó Martín de pie. Mis ojos se dirigieron a su dedo apuntándome. Mala suerte, estaba realmente entretenida.

Para mi suerte las carcajadas de Federico desviaron las miradas.

—¡Que show! —se limpiaba las lágrimas mientras su sonrisa burlona se desplegaba por todo su rostro.

—No entiendo qué te esta causando tanta gracia. Nuestra pequeña hermana acabada de revelar una aventura con el marido de nuestra otra pequeña hermana y tu solo te limitas a reírte con el cuchillo en la mano; te vas a sacar un ojo. No puede ser... —se dejó caer en la silla— Joaquina ni siquiera a llegado a decir ni una palabra al respecto.

Volvió a soltar una fuerte carcajada que nos sobresaltó a los siete.

—¿No lo ves? Es idéntico a las telenovelas que mira la abuela por las tardes —bromeo sin parar de reírse.

—No es gracioso. No es para nada gracioso. Nuestra pobre Joaquina debe estar pasándolo tan mal que ni siquiera ha podido sacar una palabra de su corazón —se quejó y se levantó como pudo. Se me acercó y me rodeó con sus brazos.

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⏰ Última actualización: Nov 13, 2022 ⏰

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