Reto #10

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Lunes de géneros locos
Propuesta: Policiaco ecológico adolescente

Carta de Amor para Odio

"Cuando era niño papá me llevaba a cazar, supongo lo recuerdas, aunque nunca te veías interesada en ese tipo de cosas. Aquel lugar era majestuoso. Observaba con detenimiento las hojas moverse con el viento y a las pequeñas ardillas subir verticalmente por los troncos de los árboles. Podía apreciarla el tiempo suficiente antes de que mi padre llamara mi atención al grito de "!Un ciervo!".

Algo me había maravillado en aquellas salidas, pero definitivamente no era el rifle de caza que sostenía en mis manos. Era esa envolvente paz que te llenaba los pulmones y que al exhalar sentía como todo el estrés salía de tu cuerpo; era extremadamente relajante.

Lástima que se interrumpiera por los disparos de mi padre. Siempre terminaba muy decepcionado debido a que yo nunca disparé una sola bala. No sería capas de lastimar a nadie y cerraba los ojos cada vez que él apretaba el gatillo. Nunca pude comprender como había gente que quitar vidas no le suponía ni siquiera una mísera incomodidad.

¿Qué significa la vida de un ciervo para un humano? Para el ciervo, lo es todo, obviamente. A medida que crecía me sorprendía ver lo común que era acabar con vidas ajenas para satisfacer la nuestra. A mis trece la carne empezó a causarme repulsión. Al cortarla, masticarla y tragarla mi mente reproducía fragmentos de los videos que me habían mostrado mis primos del campo sobre como funcionaban los mataderos.

Ellos se veían muy entusiasmados viendo y oyendo el sufrimiento ajeno; supongo esperaban la misma emoción en mi pero no supe corresponderles. Llegue al punto de no saber quién me asqueaba más, si aquel video que se incrustó en mi memoria como un recordatorio permanente o el rostro de mis primos con sus enormes sonrisas mientras sus ojos se clavaban en esas secuencias de imágenes grotescas. ¿Qué le sucedía al mundo?

Para mis dieciséis me hice vegano inevitablemente. Vomitaba al consumir cualquier producto que provenía de un animal. Era como comer el brazo de un familiar, ¿no? Tu nunca lo sentiste así. Siempre te vi disfrutar de la carne como si antes no hubiera tenido vida propia.

Después de que papá nos abandonó caí en un pozo. Estaba oscuro y me cegó. Todo es mi culpa, pensé. Soy un maldito llorón sensible y sentí asco de mí. Al verme en el reflejo solo veía la sombra de un posible hombre que jamás se convertirá en uno de verdad. Fue en ese momento que impulsivamente tomé mi viejo rifle, lo cargué y salí al bosque.

No sé exactamente que estaba buscando: un ciervo, un conejo, una ardilla tal vez, lo único que sabía es que en el momento en el que disparara el arma y la explosión me retumbara en los oídos entonces pasaría de ser un niño a un hombre. Pero no pude, realmente lo intenté. Le ordené a mi dedo con todas mis fuerzas que presionara, pero no lo hizo. Caí de rodillas y mis lagrimas escaparon de mí. Entonces me odié aún más. Casi quité una vida, casi me convertí en un hombre; siempre casi, casi, casi.

¿Quién soy? ¿Qué soy? Estoy sobre la cuerda floja intentando evitar caer hacia un lado, pero al resistirme comienzo a caer hacia el opuesto; ya no podía más. No lo soportaba ni un segundo más.

Cuando cumplí los dieciocho vi arder aquel lugar. A lo lejos veía las altas llamaradas que envolvían el bosque como una manta que cubre los hombros de alguien con el corazón frío. Maldije al cielo sin miedo, aunque los de mi alrededor me miraban y se alejaban. ¿Podrías siquiera imaginarte que existe gente que quema la vegetación para luego realizar plantaciones? El calor ayuda a que la tierra sea desmenuzable facilitando asi las plantaciones. Tiene su gracia, ¿verdad? Es como una mala comedia con la ironía en su máximo esplendor.

Hoy, día de mi aniversario decimonoveno de vida, te lo confieso a ti, madre. Pero solo a ti. Estoy aquí, en un sótano mientras la policía intenta encontrarme, contándote esta historia porque quiero que comprendas, que me entiendas el por qué hice lo que hice. Nada de lo que pasó fue tu culpa, no criaste a un asesino, ni a un homicida o a un ladrón; solo a un llorón sensible. El mundo está justo debajo justo debajo de la mesa y en cualquier momento las patas se romperán por nuestras propias acciones y entonces, solo entonces, estaremos arrepentidos.

El arrepentimiento; una forma de reivindicación para que Dios te perdone. Para no terminar bajo el suelo y entre las llamas. ¿No entiendes, madre? Yo solo quería sacarlo de ellos, sacar su arrepentimiento antes de que la mesa cayera y los aplastara; los estoy salvando, para eso estoy aquí, para limpiar.

Debo irme. Están llamando a la puerta.

Espero lo entiendas.

Te amo."

Writober 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora