Historia N.º 47

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Mirando por mi ventana

No sé por qué miré hacia arriba, pero cuando lo hice lo vi allí. Se paró contra mi ventana. Su frente descansaba contra el cristal, y sus ojos estaban quietos y claros, y sonrió con una sonrisa caricaturesca de color rojo. Y él solo se quedó allí en la ventana. Mi esposa estaba durmiendo arriba, mi hijo estaba en su cuna y no podía moverme. Me congelé y lo vi mirando a través de mí a través del cristal.

Su sonrisa nunca se movió, pero levantó una mano y la deslizó por el cristal, mirándome. Con cabello enmarañado y piel y cara amarilla a través de la ventana. No pude hacer nada. Me quedé allí, congelado, con los pies todavía en los arbustos que estaba podando, mirando hacia mi casa. Se paró contra mi ventana y se fue con despidiéndose con una macabra sonrisa...

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