PLAY WITH FIRE | donde fuego y destrucción se juntan, creando al caos en persona.
Vhynera Targaryen Raknasson a escasa edad ya contenía dos grandes reliquias. Un dragón negro, con el que dominaba el cielo, y un diente de sable blanco, con el que d...
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Un emocionado moreno entró en los aposentos de su prima, quien dormía a pierna suelta junto a su diente de sable.
Miles de recuerdos retumbaron su mente, pues la última vez que la familia de Vhynera había estado en Desembarco del rey nunca se había atrevido a despertarla.
Siempre entraba a su habitación y se quedaba observando durante unos minutos la cama, esperanzado de que la fémina se despertara y alejara a Nyx de ella, pero al ver que eso no pasaba, Jacaerys salía de la habitación para hacer otra cosa mientras esperaba ansioso que la princesa se levantara.
Miró atento el angelical rostro de Vhynera, con sus pálidas mejillas decoradas con diminutas y casi invisibles pecas. Estaba tumbada encima del animal, y las patas de Nyx rodeaban a su dueña como si la abrazara.
Aquella era una costumbre que siempre habían tenido desde bien pequeños, desde que un día de tormenta una infanta Nyx había corrido asustada hacia la cama de la princesa y se había pegado a ella como si eso fuera la solución para disuadir la tormenta.
Jacaerys tragó saliva nervioso, caminando de puntillas por la inmensa habitación hasta quedar a unos pasos de la cama. Alargó su brazo, y empezó a darle a Vhynera en el brazo.
Esta tan solo se removió en su sitio, provocando que al contrario que ella, el animal se despertara.
Aunque sus padres siempre le habían prohibido dormir con Nyx, las dos siempre habían encontrado la manera de hacerlo, y era costumbre que a día de hoy la niña durmiera encima del animal, puesto a que el crecimiento del diente de sable era más rápido que el suyo.
Los ojos felinos se enfocaron en el rostro emocionado y nervioso del niño, y no pudo evitar rodar sobre sí misma, provocando que Vhynera quedara al otro lado de la cama.
El primogénito de Rhaenyra rezó a todos los dioses habidos y por haber, sintiéndose paralizado ante la acción del animal. Tan solo deseaba que su primera se despertara para no tener que estar él solo con el diente de sable.
Jacaerys abrió los ojos en grande al ver como Nyx se lanzaba encima suya, provocando que ambos cayeran al suelo. La lengua del animal empezó a deslizarse por la cara del niño, provocando que este empezara a reír al tener cosquillas.
Aquel sonido despertó poco a poco a Vhynera, que no tardó en ponerse de pie para encontrarse con el intruso que había entrado en su habitación sin su permiso.
- Nyx. -gruñó, sonriendo al ver como Jacaerys ahora parecía estar cómodo con el animal.
Si tuviera que apostar, ella hubiera apostado que el que más temía a Nyx era el hijo mayor de su prima, por lo que aquella escena le sorprendió mucho, aunque extrañamente le había encantado presenciarla.
