— capítulo ocho
( funerales negros )La noticia de la muerte de Laena se escampó rápidamente por todo el reino.
Toda la familia Velaryon y Targaryan se encontraban allí, observando como las cenizas de la mujer estaban en un ataúd que iba a ser lanzado al mar.
Vhynera miró los rostros desencajados de sus primas, estas parecían aún no creer nada de lo ocurrido. Moría de ganas de lanzarse para abrazarlas y dejarles llorar si era necesario, pero todos debían guardar la compostura en el funeral.
Ella se encontraba entre la familia de Rhaenyra y la de Viserys, con los tres dientes de sable provenientes de su familia sentados con las orejas bajas, como si supieran que algo malo había ocurrido.
Los brazos de su hermano pequeño, Daerys, rodeaban su cuello, en busca de algo de refugio ante aquella tan triste situación.
La mayor tragó saliva nerviosa al escuchar la risa de Daemon por encima del silencio, mientras que el ataúd era empujado al mar.
Sabía que él reía de nervios, o por querer aligerar la situación, pues les rodeaba un aura muy deprimente, pero no era algo muy normal que alguien empezara a reír en un funeral.
Tuvo que morderse la lengua para no soltar algún comentario hacia su tío, y supo que sus padres tuvieron que hacer lo mismo.
Le había echado mucho de menos, y estaba deseando ver a Daemon, pero aquello no significaba que no viera lo tonto y descarado que podía ser a veces.
- Deberías mostrar un poco más de respeto, Daemon. -musitó Lessa, sin poder callarse durante más tiempo.
El nombrado carraspeó, quedándose quieto en su sitio sin emitir ni un solo sonido y bajando la mirada al suelo.
Vhynera soltó un suspiro de forma inevitable. Aquella situación estaba siendo deplorable, y sentía como cada vez más su familia se iba distanciando.
Todos se encontraban en Driftmark, Vhynera rodeaba con sus brazos a sus primas, ambas llorando de forma silenciosa sin poder contenerse más.
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PLAY WITH FIRE | HOTD
FanficPLAY WITH FIRE | donde fuego y destrucción se juntan, creando al caos en persona. Vhynera Targaryen Raknasson a escasa edad ya contenía dos grandes reliquias. Un dragón negro, con el que dominaba el cielo, y un diente de sable blanco, con el que d...