PLAY WITH FIRE | donde fuego y destrucción se juntan, creando al caos en persona.
Vhynera Targaryen Raknasson a escasa edad ya contenía dos grandes reliquias. Un dragón negro, con el que dominaba el cielo, y un diente de sable blanco, con el que d...
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Por el pasillo se escuchaban los pequeños pies corriendo en un intento de escabullirse, aunque uno muy poco sigiloso.
Al oír otros pies, ambas chicas se asustaron, el animal empezó a olfatear por el aire, y al reconocer los olores de tranquilizó, soltando un leve rugido y corriendo hacia la dirección de donde venían los otros pasos.
Ahí no tardaron en aparecer Jacaerys, Lucerys y las hermanas Baela y Rhaena.
Nyx se lanzó a las dos chicas, estas cayeron al suelo asustadas, al igual que los hermanos, pero al ver de quien se trataba los cuatro se tranquilizaron.
Vhynera y Helaena saltaron en sus sitios ante el susto que les habían dado los otros cuatro.
- ¡Nyx, cállate! -le siseó Vhynera, al ver como el animal causaba alboroto.
Jacaerys se adelantó.- Vhynera, Helaena, ¿que hacéis aquí?
- Solo estábamos entrenando. -explicó la de ojos lilas sin darle mucha importancia, mientras que Helaena estaba levemente asustada por si aparecía su madre.- Oímos el rugido de Vhagar y corrimos hacia aquí.
La más mayor apretó levemente la mano de su prima para llamar su atención, pues aún estaban agarradas.
- Vhynera, como madre se entere me va a matar. -susurró, sintiendo sus piernas temblar.
La nombrada giró su cabeza hasta que chocó miradas con Helaena, mostrando una sonrisa que la tranquilizó.
- Ves a tu habitación, si preguntan diré que salí a dar una vuelta con Nyx.
La mayor le agradeció, antes de salir corriendo de allí para dirigirse a su habitación.
Y justo como Helaena marchó, un Aemond sonriente entró en escena.
Rhaena fue la primera en acercarse, con una mirada furiosa.
- Has sido tú.
Aemond asintió con la cabeza.- Sí, yo.
- Era la dragona de mi madre.
- Pero ha muerto, ahora yo soy su jinete.
Aquel comentario hizo que Vhynera quisiera ir hacia Aemond y pegarle, desde luego que un comentario así era algo fuera de lugar en cualquier situación.
Por la conexión tan grande que tenían, Nyx pudo oler la emoción vengativa y enfadada de su dueña, por lo que no tardó en ponerse en defensa y empezar a gruñir hacia Aemond.
- Iba a reclamarla. -masculló Baela entre dientes.
- Haberlo hecho antes. Tus primos podrían buscarte un cerdo, es más para ti. -contestó.
