Trabajar como maquilladora no es fácil, pero es más complicado cuando conoces al modelo líder de las marcas y decide coquetear al mismo tiempo que el manager de la agencia, también modelo, quiere invitarte a cenar. Pero nunca es buena idea salir con...
Sanha se había negado a dejarte dormir en el sillón, a pesar de tu insistencia, decidió que debías quedarte en la habitación de invitados. Te preguntabas como era que un departamento así de pequeño en el exterior, era tan grande por dentro. Todo rodeado de elegantes objetos y maderas costosas Sanha te entregó una camiseta y unos shorts que encontró por la casa, - Sabes algo... Te quedarás en mi cuarto
Diste un salto asustada -¿Tu cuarto? N... No gracias, en el de invitados estaré bien
-Pero no hay privacidad y las cobijas no se dónde las guarda ese Moonbin.
-Puedo usar cualquier cosa como cobija. Y todavía no me queda claro... ¿vives aquí o solo vienes seguido?
No sabías si no escuchó la última pregunta mientras juntaba mantas de los sillones -Ni hablar, te quedarás en el mejor de los cuartos, o sea el mío.
Lo seguiste, ya que era algo atemorizante quedarse sola en la estancia sabiendo que Moonbin podía andar cerca.
Te llevó hasta la habitación y extendió los brazos satisfecho. Te sorprendiste ya que era una habitación tan ordenada y limpia como si nadie hubiera dormido recientemente ahí.
Sanha ladeo su cabeza y retrocedió hacia la puerta- Entiendo tu pregunta, parece que casi nunca ando por aquí. Bueno, que descanses, por la mañana me gusta hacer el desayuno temprano ojalá puedas salir pronto.
-Eh... gracias, entonces este es tu cuarto porque vives con..?
Te volviste, pero ya había salido por la puerta, te quedaste admirando la decoración y los muchos libros que había cerca. Viste un antiguo reloj que ya era casi las nueve de la noche, te preguntabas como había pasado tan rápido el día,
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Te pusiste la ropa cómoda prestada e intentaste leer un rato sin lograr concentrarte, hacía frio y estabas por cubrirte con la mantas cuando escuchaste abajo musica de piano
Saliste al frio pasillo, al no poder dormir decidiste que sería buena idea bajar. Desde la escalera pudiste ver a Moonbin tocando relajadamente el piano. Aunque cuando te vio se detuvo a media nota.
-Ah, No puedes dormir?
-Eh... no. Lamento interrumpirlo jefe, ya no lo haré mas.
Puso los ojos en blanco -Creo que ya que estás en mi casa, al fin, debes llamarme por mi nombre.
-Gracias... señor Moonbin, yo creo que volveré a dormir.
-¿No tienes hambre? - tu estómago gruñó en respuesta, pero negaste ligeramente, ante lo que sonrió incrédulo - El cocinero normalmente es Sanha, pero puedo prepararte un ramen si quieres.
Bajaste tímidamente, a lo que se levantó y comenzó a calentar agua. Lo observaste con curiosidad, era extraño verlo abajo de un escenario y fuera de una oficina haciendo cosas totalmente normales.
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te pasó tu tazón sin decir nada, se sentó frente a tí con otro y dejó unos palillos de tu lado.
Mientras comía miraba su celular y lo observabas discretamente.
-Es de lo más extraño
Te miró con curiosidad -¿Cómo dices?
Te sonrojaste al darte cuenta que hablaste lo que habías pensado.
-El... sabor del fideo, es bueno pero es extraño
Sonrió y levantó las cejas. - Quizá debes probar más tipos de fideos más seguido, para saber cuál es el que te gusta en realidad
Algo en su sonrisa, y en la risa que soltó después te hicieron sonrojar más, pero pensaste que aunque el dejarte sin palabras era su estilo... era realmente extraño pero único en verdad.
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