Cambio

751 159 65
                                    

Como ya dije antes, soy muy madura, más o menos. Sin querer.

Queriendo

Cállate conciencia.

Aprieto más el mango de la sartén, la levanto y con ella le doy a Max en la cabeza. Él se aparta de inmediato, tocándose el lugar donde lo golpeé.

—¿Pero qué te pasa? —grita mirándose la mano y comprobando que sangra un poco.

UPS

—Lo siento, pensé que me ibas a besar —intento excusarme

—¡¿Qué demonios Nyx?! ¿Cómo crees que te iba a besar después de todo lo que has pasado hoy?

—Estabas demasiado cerca, además me estabas mirando fijamente. —cruzo mis brazos protectoramente sobre mi pecho y la mirada de Max sigue ese movimiento.

Enarco una ceja y él mueve la cabeza a ambos lados y vuelve a hablar

—Tienes una pestaña en la mejilla —explica

De inmediato me tocó el cachete y aparto la mano, descubriendo que está en lo cierto.

—¿UPS?

—Sí, UPS. Joder Nyx.

—¡No te quejes tanto, fue un leve golpecito! Seguro has recibido muchos peores. ¿No se supone que eres un militar y todo eso?

—¿Leve? Me diste con una sartén Nyx, eso no es algo leve. Mi cabeza es testigo. Además, ¿Que tiene que ver mi vida en el ejército con esto? —me encojo de hombros sin explicarle lo claramente obvio, porque al final algo de razón tiene.

—Bien, lo lograste. Ahora me siento culpable. —protesto —vamos a ver esa herida, no vaya a ser que se te salga el cerebro por ahí. —me burló yendo en dirección al baño, donde se encuentra el botiquín de primeros auxilios.

—Muy graciosa. —protesta, pero me sigue hasta el baño.

Él se sienta sobre la tapa del váter y yo le reviso el lugar del golpe. Parece grave al principio, por lo que me asusto. Cuando le limpio la zona, descubro que es solo un pequeño piquetico. Más sangre que otra cosa Mi experiencia con los golpes resulta eficiente en momentos como estos. Aunque siempre hubiera preferido no tener nada de conocimiento sobre el tema. Pero bueno, al mal tiempo buena cara. Basta ya de ver todo lo negativo, aunque sea poco o casi nada lo positivo en ese asunto.

—Creo que vas a necesitar puntos. —intento asustarlo. Misión imposible.

Solo levanta una ceja mirándome con escepticismo. Ruedo los ojos y continuo limpiando el sitio.

—Listo campeón. Por portarte bien te voy a regalar una paleta —aplaudo con ánimo tratando de contagiarle mi extraño buen humor

Max me mira y sé que está conteniendo las ganas de reír.

—Eres un peligro, pequeña hada.

—¿¡No lo sabías!? Soy una asesina a sueldo, con licencia para matar. —uno mis manos en forma de pistola y la soplo en la punta de los dedos unidos.

Max suelta una estruendosa carcajada contagiándome.

—Vamos a terminar la comida James Bond, pero aléjate de los sartenes, por favor.

Entre risas volvemos a la concina y al final, Max termina de prepararlo todo y yo solo lo miro sentada en la isla.

                      ════ ⋆☆⋆ ═══

Las semanas siguen pasando y cada día me siento más feliz que el anterior. No sé si es la compañía de Max o si aquella vez que exploté y dejé salir toda mi rabia y dolor cambió algo. Pero me siento diferente. No puedo decir que las pesadillas acabaron. Recuerdos de golpes y violaciones siguen acechando, apenas mi cabeza toca la almohada; sin embargo, son más las noches en que sueño con ojos de diferente color y una sonrisa pícara.

Indeleble/ Melodías del Alma Libro I  #pgp2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora