La protagonista de esta historia

572 110 33
                                    

Una vez leí una frase, no sé dónde, pero decía algo así como que «Cuando las prioridades están claras, las decisiones se hacen fáciles» No sé cuánto de cierto tiene esa frase, solo sé que la decisión que debía tomar, mi cuerpo la eligió por mí.
Ante la abrasadora mirada de Max, mis manos toman el bajo de su camiseta que llevo puesta y la deslizan hacia arriba, sacándola por completo de mi cuerpo. Él mira mi torso casi desnudo y yo solo espero un mal comentario de su parte. No tengo el cuerpo perfecto, eso lo sé y Kevin se encargó de que lo tuviera grabado en mi cerebro, sin embargo, Max no es Kevin. En su mirado no veo desprecio, mucho menos asco. En sus ojos solo hay una pasión desmedida, un fuego que solo mi cuerpo unido al suyo podría mermar, más no apagar.

-Eres hermosa -dijo trepando a la cama y ubicándose entre mis piernas abiertas. Encajando perfectamente con mi cuerpo, como si fuéramos dos piezas del mismo puzzle.

Sus manos lo sostenían sobre mi, solo tocándome en ese punto que clamaba por él. Gemí cuando sentí su erección siendo presionada en mi centro. Solo nos separaban varias capas de ropa que no veía la hora de eliminar.

-He esperado esto por mucho tiempo -cuenta, viéndome a los ojos.

-Pues no lo parece -digo

-¿Por qué no?

-Porque tardas demasiado en quitarnos la ropa -le provoqué, ganándome una carcajada de su parte. -Y ahora te ríes pues si, no lo...

No me deja continuar, sella mi boca con un beso, tragándose las palabras que iba a decir. Se sostiene con una mano, poniendo todo su peso sobre ella, mientras que con la otra, se dedica a explorar mi cuerpo. Recorre mi pecho, pasa por mis costillas y sigue su viaje hasta mi muslo, lo levanta y yo aprovecho y con mis pies lo empujo más hacia mi por el trasero. Necesito sentirlo más cerca y él parece que piensa lo mismo. Sus labios se apartan de los míos para dejar un reguero de besos por mi cuerpo, pasando por mi clavícula y bajando hasta mis senos aún ocultos por el sujetador.
Se levanta, llevándome con él, terminamos ambos sentados, yo encima, a horcajadas. Sus diestras manos eliminan el broche de mi sostén, para luego quitármelo por completo y lanzarlo por encima de su hombro. Sus ojos devoran esa parte de mi cuerpo ahora desnuda, con un hambre voraz.

-Dios eres perfecta.

-Soy muy lejos de serlo -corrijo.

-Para mi si lo eres. -afirma, acabando con la conversación.

Sus labios vuelven a tocar mi ardiente piel, dándole atención a esos turgentes picos que claman por él. Mientras, su mano comienza ese recorrido hacia el sur, con destino a ese lugar que se siente como lava ardiendo. Siento sus dedos colarse por la cinturilla de el bóxer que aún llevo puesto, mientras su boca vuelve asaltar la mía. Mis manos también deciden explorar un poco, acaricio su erección sobre la tela de su chándal y ahora es el quién gime mi nombre contra mi piel. Deja de jugar con mis braguitas, para pasar a la parte que quiero que atienda. Con la palma de la mano va acariciando su camino por mi monte de venus, una caricia lenta, pero que me vuelve cada vez más ansiosa de que esa mano llegue ahí, y cuando sus dedos se acercan cada vez más...

El ruido de mi teléfono sonando me saca de la niebla sexual en la que estaba segundos antes.

-¡Me cago en todo! -exclama Max separándose de mi por un momento -Da igual, déjalo que suene.

-Puede ser importante, Max -digo separándome de él cuando intenta besarme.

-Joder -protesta y yo no puedo evitar reírme un poco.

Me acerco a mi teléfono que está sobre la mesa de noche de Max, donde lo dejé olvidado cuando me duché. La llamada entrante es de Ayla, y sé por experiencia que si no contesto no parará de llamar y puede que la policía termine involucrada. No puedo arriesgarme, así que sin demorarlo más le doy a aceptar la llamada y la desesperada voz de mi prima me da la bienvenida.

Indeleble/ Melodías del Alma Libro I  #pgp2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora