Capítulo 4: Lanzaredes

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A penas llego a su casa Richard bajo nuevamente al sotano y dejo todo, incluido el lanzaredes, sobre la mesa, tomando una de las cápsulas la observó detenidamente, el tamaño era perfecto, le costó un poco pero, luego de hacerle una pequeña abertura en su parte superior la coloco dentro del artefacto.

—"Muy bien, ahora solo falta probarlo"—pensó mientras se alejaba unos pasos y buscaba un objetivo, el destornillador que se encontraba a unos pocos metros de el le pareció la mejor opción, extendiendo su brazo apuntó con ambos ojos bien abiertos, respiro hondo para evitar mover su mano y luego de unos segundos accionó el mecanismo.

La red salió disparada a toda velocidad acertando a su objetivo y con un simple tirón lo atrajo hacia el, Richard sonrió y apretó el puño en señal de victoria, no esperaba que saliera tan bien a la primera.

—¿Richard?—la voz de su madre lo sobresalto, rápidamente oculto el lanzaredes con la manga de su camiseta y subió a la sala donde se encontró con ella.

—¿Mamá? Llegaste temprano—comentó intentando sonar casual. 

—No, claro que no—respondió Jolyne confundida a lo que el castaño reviso su teléfono. 

—Vaya, el tiempo pasa rápido—solo esperaba que sus nervios no se notarán.

—Estabas en el sotano—murmuró la mujer casi como un razonamiento para ella misma.

—Si....yo....estaba arreglando....—cientos de excusas pasaron por su mente en ese instante—la tostadora de la señora Simers—Richard había perdido la cuenta de las veces que usaba a su vecina en sus mentiras, aunque en esta ocasión le pareció ver como su madre parecía aliviarse con dicha respuesta.

—La señora Simers debería plantearse comprar una nueva, no es la primera vez que se le rompe —dijo Jolyne riendo, sin embargo no tardó en volver a ponerse sería, se acercó a su hijo y le dio un abrazo.

—Mamá, ¿estas bien?—pregunto confuso.

—Si....., si yo solo... —Sus palabras parecían atorararse en su garganta—voy a hacer la cena—termino diciendo para finalmente separarse de el—te llamare cuando esté lista.

El castaño, aún confundido, asintió y se fue a su habitación, Jolyne lo observó mientras lo hacía, era una mujer lista, sabia que algo le estaba ocultándo, pero su temor a que se tratara de "aquello" le impedía seguir insistiendo, prefería dejarse engañar, de esa manera no tendría que mentirle a Shield, aunque no era una solución definitiva, pues si Richard en verdad despertó sus poderes solo sería cuestión de tiempo para que lo descubrieran.

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Dylan Tenembor se consideraba alguien dispuesto a todo en su trabajo, sin embargo algo que odiaba de este eran las reuniones con el alto consejo de Shield, precisamente lo que estaba por ocurrir en este momento, aquéllos sujetos siempre tenían el pie sobre su cuello, por suerte tenía el temperamento suficiente como para ponerlos en su lugar, pues sin importar quienes sean, en lo que respecta trabajo de campo, el estaba sobre todos, algo que los mantenían en una relación tensa.

Las pantallas que tenía frente a el se encendieron mostrando varios rostros a los cuales el hombre observó seriamente.

—Director Tenembor, espero que traiga noticias—comentó uno de ellos.

—Fue una falsa alarma—se limito a responder —¿Quien lo diría? Tal vez seguir rumores cualquieras sin pruebas solo nos hace perder el tiempo —agregó sarcásticamente. 

Un spiderman diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora