01.

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Elegir una carrera fue difícil, ni siquiera estaba seguro de haber escogido bien, medicina, sus padres siempre lo quisieron, por lo que siempre lo tuvo de primer opción.

Lamentablemente sabía que con el dibujo no llegaba a nada.

Haciendo garabatos desde pequeño cualquier cosa que le pareciera hermosa lo debía de tener en sus cuadernos, alguna prueba de que los vió y eran reales.

Ahora sus dedos delgados, y sucios por el grafito estaban trazando la cara de la chica que lo volvía loco, Wen Currie, le parecía hermosa.

Era la única cosa buena que le encontraba a esta carrera, admirarla en las clases, de todas formas odiar medicina no quería decir que no pusiera sus ganas al cien, después de todo era bastante inteligente.

Armin pudo notar que Wen no comprendía tanto las materias, ansiaba ayudarla con todo, pero la timidez le ganaba.

Era feliz con sus momentos cuando le pedía cosas mínimas, aunque sus amigos lo trataban como un idiota por ello.

Le gustaba verla siempre, notando mínimo detalle de cambio en ella, no había instancia en que no le gustara, incluso cuando se hacía cambios repentinos, como ahora que tenía un flequillo mal cortado.

Y hoy tendría la valentía de hablarle finalmente, eso era lo que planeaba, no sabía si lo iba a llevar a cabo.

Desvío la mirada de Wendy, dando por terminado el dibujo, no importaba si le quedaba mal o bien el retrato, con solo ella estar ahí lo sentía como una obra de arte.

Seguía escuchando al profesor Ackerman explicando su materia, completamente aburrida, el rubio bostezaba de vez en cuando, al igual que la pelirroja, ansiaba que terminara, faltaba poco para que se diera por finalizado, podría fácilmente abandonar el salón, pero no se sentía cómodo haciéndolo.

—Oye, se te cayó una hoja. —susurró Eren, su amigo y compañero de asiento, el rubio rápidamente miró el suelo preocupado, ya que podría ser uno de los dibujos que se encontraba Wendy.

—Imbécil. —insultó cuando notó que era una broma por la leve risa de Eren.

Finalmente acabó la clase, miró por última vez a la chica, cuestionando si hablarle o no.

Acabó como siempre, nada.

Verla irse y no hablarle lo odiaba, se proponía lo mismo todos los días y no lo lograba.

No podía vivir solo de sus trazos en sus cuadernos, ni tampoco de su imaginación.

...

Hojeaba su cuaderno, algunos garabatos y otros dibujos terminados, diferentes cuerpos, diferentes caras, pero la que más se repitía era de su compañera de clases, esperaba que nunca se diera cuenta de su tal obsesión con ella, a él tampoco le agradaba la idea de que alguien lo dibujara tan seguido, a la primera se sentiría halagado, pero a la quinta vez tendría miedo, y cinco veces era un número pequeño para contar sus obras en la que ella se encontraba.

Desbloqueó su celular y buscó la cuenta de Wen en Instagram, ahí podía verla más y ella no se daría cuenta, incluso tenía otra cuenta por si se le escapaba algo.

También tenía sus publicaciones en alguna que otra hoja de papel.

Leía los comentarios de cada foto, y revisaba sus seguidos, su sangre hervía cuando un hombre le comentaba o se seguían mutuamente.

Eran celos, él ni siquiera la podía seguir de su cuenta principal ya que tenía temor de que no le devolviera el follow, sería algo que le dejaría más en claro que ella no estaba interesada en él, aunque él se inventaba solo este escenario.

𝐒𝐊𝐈𝐍 | armin arlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora