Capitulo XXXIII

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Heist

Al llegar a casa, vi como la puerta delantera estaba medianamente rota, lo cual se me hizo raro. Al entrar, todo estaba completamente destrozado

《¿Que ha pasado aquí?》

Voy a mi habitación, y en el camino los veo. Kaia y Frey estaban en una habitación, sentados. Frey en la orilla de la cama, y Kaia frente a él, tratando de calmarlo.

Kaia, al verme, se levanta y me mira muy enojada.

- ¡¿Donde mierda estabas, Heist?!

- Me drogaron, Kaia.

- Claro, y ahora vienes con tu papel de víctima. Ni siquiera sabes todo lo q paso, los que nos paso.

- Quiero que me lo cuentes todo.

- Es mejor que lo veas por si solo. Ve al sótano

Confundido, hago lo que ella me ordena. Bajo las escaleras y trato de analizar todo, pero esta completamente destrozado. Parece como si hubiese aparecido un terrorista.

Quedo inmóvil al ver la escena frente a mis ojos.

- Hayden..

Al bajar al sótano, la vi.. tirada en el suelo, arriba de las piernas de Mayne. A un lado Valter y de espaldas contra la pared, Peerce.

No puedo asimilarlo. Ella está.. muerta..

Su pálida piel hace contraste con su cabello negro, su pálidos labios están semiabiertos y sus ojos.. esos ojos que tanto me gustaban, que tanto deseaba tener, estaban cerrados.

Mayne levantó la cabeza al escucharme entrar.

- Hasta que por fin apareces. Pensé que te habías fugado.

Al escuchar eso, Peerce se gira y veo sus ojos rojizos.

Se acerca furioso agarrándome de la camiseta y estampandome contra la pared.

- ¡¿Donde mierda has estado?! ¡No sabes lo que te necesitamos aquí, joder!

- Peerce, tranquilo. -Dijo Valter

- ¡¿Que me tranquilice?! ¡¿Enserio, Valter?! ¡Se la han llevado a Mila.. Nuestra Mila. ¿Y por culpa de quien?

《 ¿A mamá? 》

- Por culpa de la hija de puta de Leigh. Pero creo que ya sabías eso, ¿No Heist? Si minutos antes te habías ido con ella, a follartela supongo. -Se unio a la conversación Mayne.

- Ella me drogo y me dejó en una cabaña.

- Por supuesto, era obvio que ibas a dejarte engatusar tan rápido. Thomas educó muy bien a esa zorra.

-No la llames así.

- ¿Y la vas a defender? Por su culpa se han llevado a tu Madre, ¿Y aún así la defiendes? No lo puedo creer. No puedo creer que seas mi hijo.

Esas palabras me dolieron, demasiado. No supe como reaccionar. Cada vez que el decía algo así, una parte de mi se rompía. El siempre supo que yo quería su aprobación, su orgullo. Pero nunca me la dio. Y sabe que esas palabras me destrozarian, pero aún así las decía, por supuesto, si no siente nada.

- Peerce, ¿no sabes quien lo hizo?

- No. Es imposible saberlo, tiraron bombas de humo con un tranquilizante que nos durmio a todos. Ninguno pudo hacer nada.

- Pero sobre esto. ¿Lo has intentado analizar?

- No hay las suficientes pistas. Sería casi imposible. Fue muy bueno al hacer todo esto.

𝔪𝔢𝔫𝔱𝔞𝔩 𝔭𝔯𝔬𝔟𝔩𝔢𝔪𝔰 • 𝒍𝒐𝒔 𝑺𝒕𝒆𝒊𝒏 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora