Es el día.. Hoy por fin lo enfrentaremos y nos iremos de aquí.
Leigh ha conseguido estar con nosotros, en nuestra larga mesa, cenando. Heiner ha estado muy tranquilo últimamente, no las ha querido torturar y tampoco las ha visto.
Leigh empezó con su parte al golpear a Jaeda. Heiner grito su nombre, furioso. Y uno de sus esclavos, como el los llamaba, corrió directo a ella.
- No despierta señor
- Por supuesto que no despierta -Dijo Mila- Leigh acaba de darle una contucion de gran medida.
Heiner observaba con frialdad todo hasta que decidió hablar.
- Llevala a su habitación, limpia su herida. En algún momento deberá de despertar.
- ¿Que hacemos con leigh, señor?
- Has deshonrado nuestra cena de noche, Leigh.
Heiner me miro, esta vez era mi turno de hablar.
- La cena es sagrada para toda familia.
Y lo siguiente que vi fue a Heiner dándole un golpe a Leigh con su puño y luego agarrarla del pelo para darle un golpe contra la mesa.
- Pero tengo curiosidad, ¿que te ha dicho mi hermana para que la atacaras de esa manera, Leigh?
- Pudrete -Y escupió sangre a su rostro
La volvió a golpear pero luego la vi. Mila estaba parada en la mesa, con sus típicos tacones rojos y su vestido blanco.
- Me encanta la violencia. ¿Por qué no lo hacemos más emocionante?
Y al decir eso, tiro una de las velas sobre la mesa, la cual ya estaba llena de gasolina. Rhett ya había hecho su parte.
- Pero ¿que mierda?
- ¿Divertido?
- Patético, me esperaba más de ti, Mila.
No lo podía creer, nos había descubierto.
-También espere más de ti, Alynne. Pensé que estabas de mi lado, pero veo que me equivoque.
Levantó su arma contra Mila pero la corrió al instante, luego del grito de Leigh, y empezó a dispararle sus seguidores, uno por uno.
- Planeaba deshacerme de ellos de todas formas y mudarnos esta misma noche, me lo han puesto muy fácil ¿Cuando van a entender que este no es su juego? Yo cree el juego, yo puse las reglas, yo soy el árbitro, nunca han tenido oportunidad.
Mila bajo de la mesa, observandonos. Hasta que vi q Rhett salir del pasillo, con las manos en alto y Jaeda con un arma detrás de él.
《¿Que? ¿Ella había fingido? Deberia de estar incosciente》
- El hecho de que pensaran que podrían sorprenderme con un plan tan estúpido me parece un insulto. Los deje llenarse de esperanza, que se crean victoriosos, hasta los deje incendiar este precioso lugar, solo por esas expresiones que tienen en sus rostros. De igual forma, ya era hora de cambiar de escondite.
La mire a Leigh, la cual estaba aterrorizada, vi como sus ojos se apagaban, sin un destello de esperanza. Ella empezó a fingir que no le importaba, pero frente a mi, no podía hacerlo. Siempre fui muy buena descifrando a la gente, leyéndola, supongo que es lo mejor que hago.
- Supongo que el cambio de escondite no incluía a tus seguidores.
- Exacto, el fuego le da un toque elegante a todo. Lo considero un funeral por sus servicios.