Mía

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Obito esperaba pacientemente a que Sakura despertara. No se apartaba de su lado a pesar de llevar una semana inconsciente, le leía y le platicaba de lo que hacían sus amigos para animar su regreso.

Sabía que el atacante estaba muerto, pero lo tomó personal, así que salió de la aldea a sondear la zona y se dio cuenta que había unos cuantos vivos, y decidió matarlos antes de que se organizaran.

Los ninjas que habían rescatada ya habían sido devueltos a sus naciones, lo que les valió a fortalecer sus acuerdos de paz. Obito estaba orgulloso de su chica, y por nada del mundo se iría de su lado.

Justo ahora estaba recostado sobre el colchón, luchando contra el sueño que lo estaba dominando.

-Supe que Sasuke se te había confesado... ¿Si lo amabas, porque lo rechazaste?-

-Porque te amo a ti...-

Su mente dio un vuelco al verla despierta, sus ojos con un brillo impresionante que era solo para él. Se sentía el favorito de los dioses al escuchar que ella lo amaba. Sin dudar por un minuto la tomó en sus brazos y la abrazó, derramando lágrimas de alegría.

-No vuelvas a hacerme eso, Sakura. Tenía miedo de perderte. Puedo enfrentarme a todo solo por ti, pero no me dejes...-

-Jamás me iré de tu lado, Obito. Nunca voy a dejarte solo.-

Fue un momento íntimo para ambos, y se sentía dichoso por escucharla, así que decidió sellar esa promesa con un beso. Tan cálido que le devolvía el alma, que lo hacía desear ser un hombre mejor. Ser todo lo que ella deseara con tal de hacerla feliz.

De pronto, el ruido del estómago de Sakura los sacó de la burbuja romántica, y ella, solo trató de cubrir su rostro sonrojado.

-Lo siento mucho, Obito...-

-No es nada, preciosa. Estoy aquí para cuidarte, llamaré a una enfermera para que te traiga algo de comer. ¿Algo más que quieras?-

-Quédate conmigo para siempre...-

Obito la miró absorto en sus ojos, maravillado con su petición, no se había sentido tan feliz en mucho tiempo. Así que aceptando la propuestase acostó a su lado y besó su frente. Presionó el botón de emergencia para llamar a una enfermera, y para su sorpresa, entró Tsunade.

-Veo que éstas despierta mocosa... Y muy bien acompañada.-

-Tsunade-sama... Yo...-

-Sin explicaciones. Eres una mujer adulta y completamente capaz de tomar tus propias decisiones. Si te hace feliz estar al aldo de Obito tienes toda mi aprobación. Pero te lo advierto, Uchiha, la miro triste por tu culpa una sola vez, tomaré una roca más grande y la arrastrare por la otra mitad de tu cuerpo, ¿entendiste?-

Obito sabía que las amenazas dela hokage no eran un juego, adoraba a Sakura como su propia hija, así que lo tendría en cuenta. El solo logró asentir con una sonrisa para volver a mirar a la mujer de su vida.

Tsunade sabía que esa mirada era de amor total, así que hizo lo propio y dio órdenes para llevar alimento suficiente para su alumna.

Rápido se corrió la voz de que la chica ya había despertado, y los Akatsuki fueron a visitarla, seguido de sus amigos, Minato y su esposa, así como el maestro Jiraiya.

Al final, su equipo se aventuró a ir a su habitación, pensaron encontrarla sola, pero su sorpresa fue verla de lo más feliz mientras Obito le leía uno de sus libros favoritos.

-Obito, sorpresa verte aqui... ¿Sakura como te sientes?-

-Me siento bien, Kakashi sensei. Obito no ha dejado de cuidarme.-

La luz de tus ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora