Sakura junto a Obito se preparaban para la nueva experiencia que tendrían junto al bebé que esperaban.
Hacia una semana, la pareja había confirmado que tendrían a su hijo. Por lo que Obito estaba más sobreprotector que nunca con la mujer que amaba, tanto así que deseaba encerrarla en una burbuja para que nadie la tocara.
El viejo Ashina se comunicaba con su discípula de manera constante, por lo que el asunto de su embarazo fue una gran sorpresa, y como regalo le envió una cantidad generosa de hierbas medicinales para el cuidado de su bebé.
Los amigos de ambos estaban muy contentos con las buenas nuevas, y tanto Minato como Tsunade se habían proclamado los padrinos del nuevo bebé. Además, el equipo 7 procuraba mucho a la pelirrosa, consintiendole cada antojo y ayudándola a sobrepasar sus náuseas. Sin duda habían creado lazos irrompibles, y los hacían tener más felicidad que nunca.
-¿Te sientes bien, Saku? Puedo llamar a Tsunade para que te revise...-
-Solo son las náuseas, cariño. No te preocupes, es normal por el embarazo. Además, estoy feliz de que hay un poco de ambos creciendo dentro de mi.-
Obito la miraba embelesado. No podía sentirse más feliz que ahora. De haber tomado un rumbo distinto en su vida, su destino no hubiese sido tan brillante. Al verse reflejado en los ojos de Sakura, sabía que no había regalo más maravilloso que ese nuevo comienzo.
(...)
El tiempo pasaba, tan rápidamente que estaban en el hospital a punto de saber el sexo de su bebé. Ambos estaban emocionados por conocer al pequeñito o pequeñita qué tanto esperaban.
Una vez en el consultorio, Shizune los recibió a ambos con una sonrisa.
-¡Hola tortolitos! ¿Listos para conocer el sexo de su bebé?-
-Honestamente estoy nerviosa, Shizune...-
-Tranquila, Saku. Estás en las mejores manos. Además, sabes que Tsunade-sama me mataría si no te atendemos bien, y Obito está aquí contigo. Así que relájate y descubre tu pancita.-
Sakura obedecía a la petición, nerviosa y emocionada por conocer el sexo de su pequeño peda cito de cielo. Obito, no estaba mejor, el bebé que crecía día con día le daba la nueva oportunidad que tanto había anhelado, ser un buen hombre y un padre ejemplar.
Obito tomaba la mano de la pelirrosa, ansiosos por la espera, y a la expectativa de un nombre adecuado... Después de todo, el pequeño sería un Uchiha, una nueva generación. Sin odio y sin sangre fría con el calor que portaba Sakura.
-¡Oh por dios! Sakura, Obito. Esto es... Impresionante.-
-¡Obito! Yo... No puedo creerlo. Es asombroso, pero, ¿Es posible?-
-Yo... No lo sé. No había conocido casos similares cuando era niño. Pero debe ser una buena noticia, así las risas irán en aumento.-
Ambos se abrazaron mientras veían la pantalla del ultrasonido. Su felicidad no se podía comparar con nada, y las lágrimas eran la evidencia más clara.
Al salir del hospital, sus amigos los esperaban, ya que tenían una comida en un restaurante de dangos y así celebrar el sexo de su bebé.
-¿Y bien frente, será niño o niña?-
-Bueno... Realmente no estamos seguros. Se escondió antes de que pudieran decirnos. Así que seguimos a la espera.-
-¡Por favor, frente! Ya quería llenar a mi futuro sobrino con ropa genial o imaginarme malcriandolo, o ayudándote a elegir nombre. ¡No es para nada justo!-
-¡Basta, Ino! Esta vez no tuvimos suerte. La próxima semana será diferente.-
La rubia solo hizo pucheros mientras los otros felicitaban a la pareja. Hinata le regalo un kit de baño para bebé a cortesía de su familia y Naruto, quien actualmente ya era su prometido.
Sasuke salía con una chica que conoció recientemente en la policía militar. Resulta que Karin tenía primas muy guapas y menos locas que ella. Solo Suigetsu podía con semejante carácter.
Juugo estaba al mando de la hokage, a quien igualmente le ayudaba a controlar su chakra inestable. Además de ser un consejero y asistente leal para ella. Orochimaru había tomado un nuevo sendero, y ahora trabajaba codo a codo con la Familia Nara creando antídotos y venenos para defensa de Konoha.
Akatsuki seguía en la misma labor de defensa. Limando asperezas con las aldeas de origen de cada uno, procuraban la defensa de todas las aldeas pertenecientes a la alianza shinobi. Además de estar más que emocionados por la llegada del hijo del antiguo líder y la pelirrosa. Al igual que Nagato y Konan estaban a la espera del suyo.
-Sakura-San, ¿Llevas bien el embarazo? Te ves radiante y muy feliz. Obito-San es afortunado.-
-Gracias, Hinata... El embarazo va muy bien y estoy muy feliz. Obito me cuida mucho y también está muy contento. Hiro y Kass igual están muy felices, lo ven como un nuevo hermano.-
-¿Y ya han decidido lo de la adopción, frente? Esos niños los adoran, apuesto a que serán muy felices si los hacen parte de sus vidas.-
Obito alcanzó a escuchar lo que hablaban las chicas y solo pudo dirigir su mirada a la mujer de su vida. Y solo así pudieron coincidir en una cosa.
La adopción ya se había concretado. Y tanto Hiro como Kass, serían parte de su familia...
La pelirrosa le sonrió a sus amigas confirmando sus dudas. Y como las hormonas jugaban con ella como querían también soltó algunas lagrimas. La rubia y la pelinegra le abrazaron alegrandose por ella y el rumbo de su vida.
Una vida que estaba llena de alegrías...
(...)
-¡Vamos cariño, tu puedes! Ya falta poco, aquí estoy...-
-¡Obito tengo miedo... No me sueltes, cariño.!-
-Nunca, amor... Aqui me tienes.-
Sakura estaba en labor de parto, y las hormona combinadas con el dolor de cada contracción le hacían estar demasiado vulnerable. Obito estaba a su lado en cada momento, con su mano entumecida sosteniendo la suya le ayudaba un poco a mitigar sus temores.
-¡Vamos Sakura ya falta poco, tu puedes!-
Un último esfuerzo y un sonoro llanto inundó la habitación. Un esfuerzo más, y le siguió otro llanto. Y otro más... Y sus trillizos llegaron al mundo con los pulmones más fuertes y una garganta fortalecida.
Ambos lloraron y el la consoló y animo diciéndole que era una mujer extraordinaria agradeciéndole haberle dado el regalo más maravilloso de su vida. Una familia.
-Saku... Sostén a tus hijos para que los conozcan. ¡Son preciosos, muchas felicidades!-
-Obito, todos son niños amor...-
-¿Ya eligieron nombres, Saku?-
Ambos asintieron recordando sus viejas charlas, y los nombres que habían elegido.
Kai, Kagami y Kotetsu...
El mejor regalo que ambos pudieron recibir.

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La luz de tus ojos.
FanfictionLas acciones y las palabras denotan tu frialdad, tu rencor y el peso que puedes llegar a cargar. Pero los ojos, muestran la calidez del alma. *DECLAIMER: LOS PERSONAJES PERTENECEN A MASASHI KISHIMOTO.*