Mentiras de un traidor (LawLu/ZoLu)

Capitulo XI: El traidor no es el único mentiroso.

—¿¡Crees que no intentamos buscar a ese idiota!? En cuanto supimos que terminó a Luffy por llamada, yo y Sabo fuimos a buscar al hijo de puta a su departamento para darle la golpiza de su vida pero no lo encontramos— Ace caminaba de un lado a otro intentando calmar sus fuertes ansias de ejercer violencia.

—¿Hace cuanto fue eso?—Zoro también enfoco la mirada en Luffy, parecería ser una malvada ilusión de su mente, no podía creer que la imagen delante suya fuera auténtica, Luffy, su adorado capitán, el muchacho que tanto amó, y aún amaba aunque ya no de la forma tan apasionada o más bien obsesiva con la que lo había hecho por años, estaba ahí, con una herida más que física, estaba en un lugar recóndito, solitario y frío que nadie podía alcanzar, un lugar que Trafalgar Law había creado con dulzura y romance y luego destruyó con crueldad, ahí postrado sobre una cama débil y vulnerable.

Zoro, en parte se sentía culpable por ello, no debió haber actuado como lo hizo, una vez que reconoció su negligencia, apretó los puños y crujió los dientes.

—Si no está en su apartamento, te aseguro que debe estar con alguno de sus amigos, no me voy a quedar con los brazos cruzados— el peli verde emprendió camino a la salida, Sanji le siguió

—¡Alto! ¡Chicos por favor! ¡No! ¡No hagan cosas de las vayan a arrepentirse!— Dadan se puso en medio de los muchachos para evitar que estos causarán alguna desgracia.

—Madre, lamento tener que desobedecer, pero esto es por mi hermano— el pecoso pasó a un lado de la morena, mientras que Sabo imitó la misma acción.

[…]

—¡Maldición sea Koby! ¿¡Dónde putas dejaste nuestras jodidas placas!? — Drake estaba eufórico buscando sus documentos de marine, debían huir lo más pronto posible de la ciudad antes de que los sombreros de paja o lo familia D se diera cuenta de sus verdaderas identidades, por lo que la presión de hacer todo de una ya estaba agobiando a los miembros de la ex operación SOC+.

—¡ESTÁN DEBAJO DE LA CAMA, DEBAJO DE LA CAMA DRAKE  TE LO DIJE DESDE EL DÍA QUE LLEGAMOS!—el peli rosa metía velozmente los documentos personales de todas las personas a las que habían investigado durante el tiempo que fueron estudiantes.

—¿¡Cómo mierda vamos a llegar al puerto!? Podrían asesinarnos en el camino— declaró Penguin  recargando algunas armas que habían guardado todo ese tiempo debajo del suelo.

—¡Oye Law! ¡LAW!

—¿¡QUÉ!?— Law también estaba sudando ante el esfuerzo físico que conllevaba guardar toda prueba de su estancia en la ciudad

—¡Tu maldito teléfono no deja de sonar!— gritó Drake lanzándole el aparato.

El comandante se acarició la sien tratando de mantener su mente tranquila, lo cual fue inútil, especialmente cuando reprodujo el último mensaje de voz.

—¡MALDITO BASTARDO!, JURÓ QUE VOY A ASESINARTE DE LA MANERA MÁS CRUEL QUE SE ME OCURRA, POR TU CULPA MI HERMANO ESTÁ EN EL HOSPITAL, NO TIENES IDEA DE LO QUE TE ESPERA— de manera tajante, Law dejo de escuchar el mensaje de Ace para luego darle espacio a un rostro cabizbajo lleno de incógnitas.

—¿Capitán?— Penguin se acercó a su comandante, era realmente inusual verlo decaído especialmente en medio de una fuga. Drake le hecho una mirada furtiva al ojigris, era un hecho.

Law estaba preocupado por Monkey D Luffy.

Repentinamente el tatuado cambio la expresión de su rostro y adoptó una pose firme y decidida  —¡Si la familia D nos están buscando entonces no hay tiempo que perder, hay que largarnos ya!