Penúltimo capítulo: La vida que quería para ti.

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Luffy trato de golpear a su padre, no obstante este fue mucho más rápido y en cuestión de segundos tomo la ventaja haciendo que su hijo menor volviese a estar sobre el suelo con las heridas al rojo vivo.

—¡Luffy!— grito Law llamando la atención del jefe de la familia y de Doflamingo.

—Torao…— susurro el pelinegro con los ojos entreabiertos.

El padre del mugiwara enseguida percibío el tipo de conexión que ambos sentían mutuamente.

—Mira nadamas, ¿Quién lo diría? El hijo de ese marino y mi tonto hijo juntos, la vida es muy decepcionante a veces— sonrió. —¡Oye Doffy! debiste encargarte de ese niño en su momento, ahora el bastardo está con mi hijo.

—¡Bah! Da igual son tal para cual, par de inútiles— dijo el rubio volviendo a envolver los hilos sobre el cuerpo del ojigris, quien se retorció bajo ellos.

—No puedo decir nada contra eso— concluyó Dragon mientras se disponía a patear a su hijo para su mala suerte fue empujado por Law quién de algún modo logro librarse del ataque de Doflamingo, herirlo y ahora encontrarse a un lado de su amado mientras le tomaba de la mano.

—¡Luffy, escuchame! incluso si morimos en esta pelea hay algo que debes saber— mencionó Law al tiempo que sus dos oponentes se levantan del suelo —Te amo, se que dije muchas  mentiras, se que te traicione pero al final fuiste tu quien ganó nuestra batalla, y eres tú quien debe ganar está, aún podemos estar juntos, si aún quieres hacerlo.

El sombrero de paja sonrió al sentir esa calidez de amor sobrepasar su pecho, algo dentro de él se encendió, volvió a arder, como una luz que vuelve después de un fuerte apagón, por lo que una sonrisa alumbró su rostro —Yo también te amo Torao— dijo al tiempo que ambos se ayudaban a levantarse y miraban a las dos personas que caminaban hacia ellos.

—Vayamos al mar juntos— sonrió el menor mostrando el hueco de un diente caído durante la batalla, Trafalgar le devolvió la sonrisa.

De la nada se escuchó el sonido de unos aplausos —Felicidades a los novios— menciono el rubio con una cara de asco

—Incluso para escoger pareja eres pésimo Luffy, y tú— Dragon señalo a Law —¿Ya se te olvidó que mi hijo mato a tu padre?— esbozó una sonrisa cruel.

El mugiwara miro a su amado con preocupación mientras que el otro alzaba la vista —Las únicas personas que matarán a mi papá son ustedes dos— grito al tiempo que sacaba su espada.

Luffy sonrió para después ir tras su padre, haciendo así la pelea constante y austera, que duro al menos una hora más hasta que el mugiwara tomo la ventaja haciendo lo que todos creían imposible, Dragon tirado en suelo sin poder usar más su Haki, ciertamente la edad era un factor que le afectaba.

—¿No te arrepentirás de esto?— cuestionó el jefe de la familia D mientras se agarraba el hombro que su hijo acababa de dislocarle.

El menor caminaba lentamente a dónde su papá preparándose para el último ataque definitivo.

—No, creo que no.

Dragon soltó un suspiro —Se que no fuí el padre que debía ser.

—¿Qué debiste ser? Ni siquiera fuiste un padre Dragon, y esto es tu culpa, no puedes simplemente frenar la pasión y los sueños, al menos no los míos— sincero cerrando el puño

El padre de Luffy cerro los.ojos a sabiendas de que había perdido la pelea.

—Adios papá— finalizo Luffy dándole el golpe a su progenitor

—Adios hijo— sonrió mientras el golpe le destrozada internamente aunque perfectamente sabía que no iba a matarlo, pero el adiós era definitivo.

Por otro lado Law logro romper los hilos de Doflamingo y obteniendo la escencia de su técnica logro encontrar la debilidad de su estrategia y allí, bajo el cielo frente a la memoria de Corazón, le dio una herida tan profunda que esté cayó desmayado en el suelo con los hilos derramando sangre, pero no murió, algo le dijo a Law que la derrota sería suficiente.

Mentiras de un traidor (LawLu/ZoLu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora