Anillos Rojos ~ Shadonic

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El día comenzó bastante estresante para el moreno, ya que, al no conseguir respuesta por parte de uno de sus clientes, hizo una junta de último momento para poder hablar más acerca de la gran deuda que esta empresa presentaba ante el banco.

– Shadow, solo estoy pidiendo más tiempo. – decía aquel albatros color café – Ha sido bastante complicado el recuperar el dinero invertido en los materiales.

– ¿Estás seguro de que invertiste el dinero únicamente en los materiales? – cuestionaba con gran seriedad sin apartar la vista del cliente – Parece ser que mis oídos escucharon completamente mal.

– B-B-Bueno... Amm...

– No puedo continuar trabajando de esta manera con alguien que no se toma en serio su trabajo y tampoco toma en serio a sus empleados. Todas tus decisiones te han costado demasiado que también perjudicaste la vida de tu esposa e hija, Aiden.

– Lo sé... – suspiraba muy arrepentido – Shadow...

– A partir de hoy, el banco dejará de trabajar con tu empresa. – afirmaba – Oportunidades se te han dado y todas han sido tomadas como juego. Yo no juego, Aiden. – decía con gran seriedad – Sabes muy bien mi manera de trabajar.

–... ¿Qué voy a hacer esta vez?...

– No es mi asunto. – se puso de pie sin dejar de mirarlo – Espero que, a partir de todo esto, esta vez uses la cabeza. Después de todo, se trata de consecuencias que tú mismo provocaste.

– Shadow, por favor... Prometo que esta vez pagaré...

– Que tengas buen día, Aiden. – decía sin más – Retírate.

El albatros suspiró hondo y salió de la oficina sin decir ni una sola palabra más.

El moreno se volvió a sentar frotándose la cara totalmente estresado y agotado. Pensó que salir podría serle de gran ayuda, necesitaba despejar la mente y le ayudó recordar que ese mismo día iba a tener su cita con Sonic.

En eso, la puerta fue tocada suavemente interrumpiendo sus pensamientos.

– Disculpe, señor Doom. – saludó su secretaría tras ingresar.

– Está bien, Grace. ¿Sucede algo? – la miró.

– El señor Relish está ahora mismo esperándolo, quiere saber si puede entrar para hablar con usted de un tema importante.

– ¿El señor Relish? – fruncía un poco el ceño, pues le era bastante extraño que fuera sin antes avisar – Hazlo pasar, por favor.

– En seguida. Con permiso.

Salió de la oficina y no pasaron más de cinco segundos para que un erizo naranja de ojos amarillos ingresara a la oficina.

– Buen día, Shadow. – saludaba cordialmente mientras se acercaba – ¿Todo en orden con el banco?

– Sí, dentro de lo que cabe. – respondía con mucho orgullo – Tengo un asunto a resolver más tarde.

– Supongo que es algo complicado. Te deseo mucho más éxito de para manejarlo.

– Gracias, Xander. – aclaró un poco la garganta y suspiró un poco – Bueno, Grace me mencionó que estás aquí porque quieres hablar sobre algo importante.

– Sí... Verás, es un tanto complicado este asunto. – se rascaba la nuca – Mi empresa está yendo en quiebra y no tengo ninguna manera de poder pagar las deudas que ya tengo contigo.

– ¿En quiebra? – frunció el ceño y mostraba sorpresa – Xander, perteneces a las empresas más exitosas a nivel nacional, ¿No has logrado recuperar?