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Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, creadora de esta saga J. K. ROWLING, tampoco soy dueña de los personajes de Marvel.

Harry tardo en disfrutar aquella libertad. Siempre despertaba temprano y su primo despertaba a la hora que quería, su primo comía lo que quería. Pero ahora podía ir a donde sea, comer lo que quiere solo que a donde sea que vaya sea dentro del Callejón Diagon.

Desayunaba tranquilamente y si  prisa de que sus tíos le quitaran su comida en el Caldero Chorreante. Disfrutaba ver a los huéspedes del lugar, brujas que eran pequeñas y a la vez divertidas, magos que discutían sobre el último artículo de una revista.

Harry se la pasaba explorando las tiendas en el callejón Diagon, era algo que le fue encantando ya que ahora podría disfrutar y ver cada una de las tiendas. En las tiendas de café, helados o donde tomar un aperitivo veía como estos mismo hablaban y mostraban lo que habían comprado. O en cierto modo hablaban de Sirius Black, Harry se la pasaba en la Heladería Floran Fortescue en donde hacía sus deberes de la escuela y en donde ocasiones el mismo Floran lo ayudaba.

También estaba en todo dominio para no poder gastar todo su dinero en cada tienda y cosas que veía, debía ser cuidadoso y procurar no acabar con todo su dinero o herencia. No quería ir a pedirles dinero a sus tíos si este se queda sin un centavo, no se lo quería imaginar. Pero pasando en una tienda que ama, el deporte que aprecia y en donde por primera ves se siente de verdad como una ave libre y disfruta de la brisa del aire.

Quidditch.

Veía como había una multitud observando la vitrina de la tienda, curioso por eso se acercó. Y allí vio una impresionante escoba, era una nueva versión por lo que escuchaba de los más jóvenes que le pedían a sus padres que lo compraran.

Cuando una bruja se movió para poder verla mejor la escoba, observo la descripción de esta.

Harry no podía imaginar el precio de esta escoba, tenía su Nimbus 2000 y nunca hasta el momento había perdido un partido

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Harry no podía imaginar el precio de esta escoba, tenía su Nimbus 2000 y nunca hasta el momento había perdido un partido. No se atrevió a preguntar por el precio, pero cada día iba de nuevo a la tienda solo para ver la saeta de Fuego.

Tenía que comprar ahora sus útiles, había ido a comprar una nueva túnica que también iba de vez en cuando. Sus dos materias nuevas ahora le pedían la compra de nuevos libros, el de cuidados de las criaturas mágicas... bueno.

El dueño de la tienda agradecía por qué Harry ya tenía el libro monstruo, ya que este se encontraba fastidiado con lidiar con aquellos libros.

—¡Basta ya! ¡Basta ya! —gritó el dependiente, metiendo el bastón entre los barrotes para separarlos—. ¡No pienso volver a pedirlos, nunca más! ¡Ha sido una locura! Pensé que no podía haber nada peor que cuando trajeron los doscientos ejemplares del Libro invisible de la invisibilidad. Costaron una fortuna y nunca los encontramos… Bueno, ¿en qué puedo servirte?

En Un Mundo Mágico [Spiderman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora