❝ Te tendré a toda costa para mi hyung, y nada, ni nadie me detendrá de hacerte mío ❞
Donde Hwang Hyunjin, alumno prodigio de la escuela de artes escénicas de Seúl, se encuentra flechado del nuevo estudiante Lee Minho.
¿Qué podría salir mal en aquel...
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Luego de la partida de Félix, las cosas para la pareja Bang-Seo estaban tensas, en sí, el círculo social del pecoso no había conseguido mantenerse unido. Chaeryeong se había apegado demasiado a Yeji y la pareja ignoraba su exterior, ensimismados en ellos dos.
Todos los estudiantes no cuestionaban esto, al contrario, comprenden a pequeñas creces el porqué de la situación.
Si Chan es sincero, no se sentía bien consigo mismo, sentía que había descuidado a su pequeño, y que a pesar de enterarse de que murió el mismo día que fue secuestrado, había permitido que aquel loco se lo llevará.
Changbin por su lado, se sentía inútil, por no conseguir reconfortar a su novio y mucho menos a sí mismo, aquel pecoso era como su hijo, era su pequeño Félix.
Sin dudas una perdida era un suceso que nadie amaría vivir.
—¿Irás al cementerio hoy? —Le pregunto Changbin a su novio, el cual estaba recostado en sus piernas
—Sí —Contestó Chan, tomando entre sus manos las de su novio —Quiero ir a verlo sin tener a toda esa gente cerca, supongo que el señor Lee ya no se aparece por ahí —Dijo
Ese era otro cuento, el padre de Félix, había aparecido y fuera de lo que se esperaban, culpaba a su hijo de su propia muerte, en el funeral no se había privado de insultar a su propio hijo. Claramente, esta acción había molestado a muchas personas, entre ellas a la pareja Bang-Seo.
—Sigo sin comprender como puedo hablar así de su propio hijo —Masculló Changbin, aún molesto
—Los padres no siempre suelen ser inteligentes emocionalmente —Dijo Chan —Lo más seguro es que al enterarse lo que sufrió Félix, su arcaica mente no lo proceso bien
—Aun así, es estúpido, me alegró que lo hayas golpeado —Dijo Changbin con una sonrisa, Chan rió ante lo dicho por su novio
—Eres cruel Seo —Bromeó el rubio
—Tal por cuál, tu iracundo y yo cruel, el dúo dinámico —Y tras decir esto, la pareja se soltó a reír
No duraron mucho en aquel lugar, recostados en el área comunal de la academia, ambos se pusieron de pie y dejaron el establecimiento atrás, con el objetivo de comprar un ramo de flores para su pequeño pecoso e ir a visitarlo.
En el camino los chicos fueron sujetos de sus manos, su rostro tenía una débil sonrisa, a pesar de seguir juntos y estar cómodos, el recuerdo de Félix no los dejaría vivir en normalidad durante un tiempo.
Luego de un rato, las rejas del cementerio les dieron la bienvenida y sin vacilar ingresaron, conduciéndose hasta aquella tumba que contenía a su persona importante. A ambos ese entorno jamás les había significado un problema, ellos eran fanáticos del arte oscuro y las fotografías de sitios, como el cementerio, les gustaba por lo fantasioso que podría llegar a verse.
