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El frío de la brisa otoñal recorrió la ciudad, trayendo consigo una sensación de pavor y asombro. La noche de Halloween pronto saldría de su carruaje de calabazas, lo que incitaría a los niños a disfrazarse y robarle a la gente sus dulces. Te ofreciste como chaperón para algunos niños mientras hacían truco o trato, y decidiste invitar a tu novio porque sería muy aburrido caminar durante 3 horas.
Miraste alrededor de tu armario, lo único que había era tu cosplay de Gorou que hiciste hace un año para Anime Expo. ─Supongo que eso tendrá que funcionar─ suspiraste. Recojiste a los niños de cada casa, ya estaba anocheciendo, ¿dónde estaba Gojo?
─ ¡Oye! ¡___-chan! ─ una voz familiar en una sábana te saludó. Una hoja, ¿en serio? Se inclinó aún en la sábana y presionó un ligero beso en tu frente. ─ ¡Ewwwww! ─ exclamaron los niños. ─ Satoru, ¿en serio fuiste como un fantasma? ¡Ni siquiera te cortaste los ojos! ─ le dijiste. ─ Todavía puedo ver tu cara, cariño, ¿no es eso todo lo que importa?── Vamos, vamos─ los guiaste por la acera, las farolas se encendían mientras el sol descendía del cielo. Toda la noche, sentiste que alguien te miraba, específicamente alguien que miraba tu trasero a través de una sábana. Fingiste ignorancia y continuaste caminando con los niños, pero nada pudo borrar ese sentimiento.
Gojo, por otro lado, se preguntaba por qué elegiste usar ESE disfraz específicamente, para seducirlo con tus deliciosos muslos. Tu piel suave y sedosa brillando bajo las luces que desesperadamente quería darle un apretón. Pero no pudo. ¿No con todos estos niños que aún tenían su inocencia intacta, casi como si lo hicieras a propósito? Su bulto estaba apretado en sus pantalones, doloroso, pero afortunadamente la sábana que lo cubría cubría su excitación.
Sólo un apretón, se dijo a sí mismo. Simplemente lo rozó antes de que tu mano saliera corriendo. ─ No te atrevas─ susurraste volteándote detrás de ti, un rubor rosado en tu rostro, aún sonriendo. Te volviste hacia los niños, asegurándote de que los 8 todavía estaban contigo. No estabas seguro de si Gojo podría comportarse durante tanto tiempo, y lo peor de todo, incluso si pudiera, toda su acumulación te golpearía salvajemente al final de la noche. Tu destino estaba asegurado bajo la luz de las estrellas de la noche.
