Cap.8 - Mi hogar

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-Bright-

Sacaste un celular de tu bolsillo y me mostraste una foto. En ella estábamos tú y yo. No me reconocí al verla, sabía que era yo pero en esa foto me veía tan feliz y relajado. Jamás me había visto así en ninguna de las ocasiones que me miré al espejo.

Me acerqué para ver más de cerca. Comenzaba a olvidarme de la desconfianza que aún sentía hacia ti, hacia todo.

Seguiste mostrándome más fotos. En todas me veía igual, y tú también te veías muy feliz en ellas.

Entonces entró una llamada al teléfono. Vi que decía "P'Eed".

- "Dame un momento para contestar" - Me dijiste y te alejaste un poco para hablar con esa persona.

Regresaste. Tu expresión mostraba una ligera emoción, alegría y alivio.

- "Por favor, tomemos todo esto con calma. Estoy seguro de que debes sentirte cansado. Vayamos a descansar. Sé que te debe parecer difícil, pero puedes confiar en mí". - Me dijiste amablemente.

No tenía nada que perder, era la primera vez que alguien me mostraba pruebas sólidas sobre mi pasado y me daba esperanzas de encontrar las respuestas que necesitaba.

- "Han enviado un auto por nosotros, sígueme." - Dijiste haciendo un pequeño gesto con tu mano indicándome el camino.

En el auto seguí viendo las fotos del teléfono. Había diferentes personas en ellas, en algunas salía solo yo, en otras estábamos rodeados de mucha gente, pero invariablemente en todas salía sonriendo, ya fuera ligeramente o muy alegremente.

Me detuve en una donde aparecíamos con una señora y un señor que me parecieron sumamente familiares. Te pregunté quiénes eran.

-"Ellos son tu mamá y tu tío" -

-"¿Tengo familia?" - Te pregunté algo sorprendido.

-"Sí, eres una persona muy amada por tu familia y tus amigos" - Me dijiste con cariño.

Mi corazón se llenó aún más de emoción y esperanza luego de escuchante decir eso. Sin darme cuenta me había olvidado del rencor, la tristeza y el caos me acompañaban siempre. Debía ser el efecto de tu presencia. Esa simple oleada de paz con tan solo verte por un momento era ahora un estado permanente de tranquilidad en mi interior.

Llegamos al lugar. Era una especie de hotel muy lujoso.

-"Vayamos a que tomes un baño, te prestaré alguna de mi ropa" -

Hice lo que me indicaste. El baño me relajó bastante. La ropa que me diste era sumamente suave y cómoda, además olía muy bien. Después me dijiste que fuéramos a cenar, subimos al restaurante del lugar, se encontraba en una terraza que daba una gran vista a la ciudad. Ordenaste por mí.

-"Esto te va a gustar, vas a ver" - Me dijiste.

Me conmovía el hecho de que te veías muy emocionado y feliz de estar conmigo. Me atendías con sumo cuidado, atención y amabilidad.

Era la primera vez que me sentía seguro y protegido. Finalmente llegó lo que ordenamos, lo probé y estaba delicioso. No me había dado cuenta de que realmente estaba hambriento hasta que sentí una sensación de alivio con cada bocado que comía.

Al terminar de cenar comenzaste a explicarme todo.

-"No estoy seguro por dónde empezar. Unas personas te secuestraron, hicieron que te olvidaras de todo y te tenían participando en esas peleas. Pero tú tienes una vida, tienes personas que te aman y te esperan de regreso, solo que aún no podemos regresar. Tenemos que preparar todo esto con cuidado ya que le hicieron pensar a tu familia que te quitaste la vida. En cuanto a mí es lo mismo, mi familia cree que ya no formo parte de este mundo. Pero una vez que sea seguro podremos solucionar todo esto" -

Trataba de entender todo lo que me estabas diciendo.

-"Esas personas que me secuestraron... ¿Quiénes son?" -

-"Aún no lo sabemos, estamos investigándolo para poder asegurarnos de que te dejen en paz" -

-"¿Tú y quienes más?" -

Me explicaste entonces quien era la mujer que había visto que te acompañaba siempre. "P'Eed" se estaba encargando de conectar con las personas adecuadas para resolver todo esto.

También me habías contado sobre la relación de trabajo y amistad que habíamos llevado desde que nos conocimos.

Recordé entonces las palabras que me habías dicho al terminar esa última pelea.

- "¿Éramos solo amigos?" - Pregunté sin pensar.

Creo que te tomé por sorpresa. Sonreíste y bajaste la mirada luego de que hice esa pregunta.

-"Sí...nos teníamos un gran cariño"- Me contestaste tímidamente.

Regresamos a la habitación, era enorme. La cama también era muy grande y cómoda. Todo era muy lujoso.

- "No me has dicho cómo supiste que seguía con vida" - Te dije recordando que había quedado al aire este gran detalle de todo lo que me habías contado.

Sonreíste de nuevo. Me contaste la historia de la noche en Singapur y tocaste delicadamente mi cabeza indicando el lugar donde tenía ese tatuaje.

De inmediato fui al espejo, moví mi cabello y pude ver aquel dibujo. Creo que era la primera vez que sonreía desde que desperté sin poder recordar nada. Me pareció demasiado lindo y gracioso.

Enseguida te miré, tú también sonreías, quizás al ver esa expresión de mi parte.

Ya no me quedaba duda alguna. Me estabas diciendo la verdad. Y en realidad todo lo que me decías para mí tenía mucho sentido. No como la primer historia que me habían contado aquellas personas sobre mi vida.

-"¿Cuál es mi nombre?" -

-"Bright..." -

Sonaba muy bien, me detuve a pensar por un momento.

-"Esas personas me dijeron que era 'Night' " -

-"No, eres Bright, como el sol" - Me dijiste dulcemente.

Ambos sonreímos. Era increíble como habías logrado en un par de horas que me olvidara de todo aquello que me había sucedido hasta ahora, ya nada me atormentaba.

Fuimos a la cama, cada uno se acostó del otro extremo de ella. En un momento ambos nos giramos y quedamos frente a frente. Me enterneció la mirada y la sonrisa que estabas dirigiendo hacia mí, te veías sumamente feliz. Sin pensarlo acaricié tu mejilla y parte de tu barbilla con mi mano. Entonces como un impulso que nos invadió a ambos, nos acercamos hasta abrazarnos.

Todo se sentía tan bien. Si es que había tenido un hogar en mi vida anterior definitivamente tú eras parte de él. Nos quedamos dormidos al poco tiempo, era la primera vez que podía dormir tranquilamente. Fue como si después de un mal sueño, una horrible pesadilla, por fin hubiera despertado. Podía dejar todo eso atrás, estaba seguro y en calma entre tus brazos.

A la mañana siguiente desperté poco a poco. Me sentía muy descansado y relajado. Como nunca. Me di cuenta de que seguíamos abrazados, una de tus piernas estaba sobre las mías y tu brazo estaba sobre mi abdomen mientras que tu cabeza descansaba en parte de mi hombro y mi pecho. Te veías tan lindo mientras dormías. Estaba disfrutando tanto este momento.

Luego comenzaste a despertar. Abriste un poco los ojos, hiciste un gesto de molestia por la luz que entraba por la ventana y te volviste a acurrucar a mi lado. Me sentía tan feliz, podía quedarme así contigo para siempre.

Finalmente abriste completamente los ojos y sonreíste al verme. No me pude resistir, besé tus labios en ese instante. Eran tan cálidos y suaves.

Me devolviste ese beso. De ahí continuamos un poco más y lo que primero comenzó como un simple gesto de cariño luego se convirtió en un deseo, por parte de ambos, de experimentar un nuevo nivel de felicidad.

Era como si con cada caricia y cada beso yo curara las heridas de tu cuerpo y tú las de mi alma.

Después de haber vivido aquella horrible pesadilla, ahora me encontraba en un hermoso sueño del cual no quería despertar.

-Continua-

SynchronicityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora