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Desde la primera vez vi a Damiano sentí cosas que nunca había sentido con nadie, sé que al principio tuve una tensión sexual con él muy fuerte, de hecho empecé a soñar cosas húmedas con él y todo. Cuando empezemos a quedarnos juntos gracias a nuestros padres esa tensión iba subiendo y los sentimientos en mí iban creciendo.

— Vamos Nicole, ¿me vas a decir que no sientes lo mismo que yo?

— Jamie, cállate y llévame a casa.

— No te pienso llevar hasta que no me mires a los ojos y me digas que no sientes lo mismo que yo.

Está vez si que me giro para encararlo, mirándole directamente a los ojos como él mismo me ha pedido.

— Que te jodan, Jamie. —suelto entre dientes, sin querer decirle lo que siento.

— Si eres tú quien me jode, me vale. —habla con una pequeña sonrisa.

— Vete a la mierda.

— Dime lo que te de la gana, sé que lo haces para no decirme lo que sientes, renacuaja.

— ¿Me acabas de decir renacuaja? —pregunto ofendida, quitándome el cinturón, total no estamos parados.

— ¿Estás sorda o qué? —alza una ceja, provocándome.

— Te odio. —digo, sin mirarle a los ojos y conteniendo una sonrisa.

— ¿Por qué no besas ya y vamos más rapido? —me giro de nuevo hacia él, sonriendo con diversión.

— Ya quisieras que yo te besara. —chasco mi lengua y observo como el también se quita el cinturón.

— ¿Qué tienes ahí? —cuestiona cambiando completamente de tema, señala su mejilla, indicándome donde se refiere.

Paso mi mano por mi mejilla, sin entender de que habla, lo miro confundida y él me hace una señal para que me acerque a él, cosa que hago.

— Aquí. —habla, antes de ajuntar nuestros labios.

El beso empieza con lentitud y es así por unos pocos segundos, en los que cuando yo le sigo el beso, Jamie no espera para profundizarlo y poner un poco más de agresividad.

— Ven conmigo. —murmura encima de mis labios, me muevo de mi asiento y me pongo encima de él cuando echa para atrás el suyo.

Ahora mismo agradezco tener el uniforme del instituto.

Una vez estoy encima de él, sus manos van hacía los botones de mi camisa, espera a que lo detenga y yo al darme cuenta de esto hablo, alejándome de sus labios y yendo hacía su cuello.

— Desabrochala, Jamie. —murmuro sobre su piel, y lo veo sonreir antes de hacerlo.

También me desabrocha el sostén, dejándome sin nada en la parte de arriba, empiezo a mover mis caderas cuando lo siento y escucho como gruñe ante el movimiento.

— Nicole, ¿estás segura de esto? —cuestiona, agarrandome de la quijada para que lo mire, asiento con la cabeza.

Quiero ser tu juguete sexual, Jamie.

— Después de esto vas a ser mía, ¿me escuchas? Solo para mí, nadie más.

Asiento de la cabeza antes de volver a besarlo, siento como se ríe cuando junto nuestros labios;— ¿Estás desesperada por esto, Nicole?

— No seas un tonto. —replico, sintiendo sus labios en mi clavícula.

— Estás mojadisima, —habla, cuando pasa dos dedos por encima de mis bragas— ¿seguro qué no estás desesperada, nena?

— Jamie, por favor. —suspiro, sintiendo mis ojos cerrarse.

— ¿Por favor qué, Nicole?

— Follame, por favor.

— Eres tan dulce cuando me ruegas.



×××

ya sabemos quien no va a poder caminar 🚶‍♀️🚶‍♀️🚶‍♀️

Love, M 🧡

I wanna be your slave  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora