Raro. [Kooktae]

Capítulo O2

Los oídos se le llenan de los dulces gemidos que el otro suelta muy cerca de su rostro; cuando sus miradas vuelven a encontrarse, el mayor de ambos le regala una sonrisa, un montón de sentimientos buenos acompañando ésta. Redirige sus manos a las mejillas traseras del menor, apretando éstas entre sus dedos y quedando maravillado (al igual que siempre) por el tamaño que posean. Sus ojos se cierran por sí solos ante la oleada de placer que su cuerpo siente, las manos contrarias se posan en su pecho y el ritmo de los saltos sobre su miembro incrementan por ello.

Atrapa su labio inferior entre sus dientes, maldiciendo dentro de su mente por lo bien que se siente tener a su menor arriba suyo brincando, sudando y gimiendo en alto sin vergüenza alguna su nombre. Si bien sabía que no era lo más correcto, se sentía correcto; joder que sí.

ー¿Quieres que cambiemos?ー le pregunta, el peli-azul se limita a asentir meramente, demasiado agotado como para poder pronunciar algo. Jungkook no dice nada más, se empuja a ambos hacía enfrente, Taehyung quedando acostado sobre su espalda en las sábanas tibias, éste último sonríe de lado y lleva sus brazos al cuello de Jungkook, inclinando más hacía sí el rostro ajeno y atrapando sus labios entre los propios. Es un beso húmedo el que comparten, el azabache juega con la lengua contraria con la suya propia para luego regresar a sus labios de nuevo; aún en el beso, retoma, ahora él, el control de los embistes.

Los gemidos de ambos mueren ahogados en la boca contraria, el mayor lleva la pierna izquierda de Taehyung a su hombro, dejándole más acceso a su entrada. Culminan con el beso, pero Taehyung nunca aleja sus brazos del cuello ajeno, se sostiene de ahí. Regresan a mantener contacto visual, es algo en lo que los dos logran coincidir en gustos respecto al tema del sexo. Les gustaba verse, ver cómo lograban ponerse mutuamente.

ーJungkook, maldición...ー Taehyung articula en alto. Sus manos se abren camino a la espalda baja del azabache, apretando lo poco que pude de ese lugar. Siente su cabello pegado a su frente, justo como Jeon lo tiene.

ー¿Se siente bien?ー le pregunta en un susurro, muy cerca de sus labios. Taehyung asiente frenéticamente cómo respuesta única, excesivamene extasiado cómo para articular palabra alguna.

Jungkook presiona la cintura de Taehyung entre sus manos, manteniéndolo quieto en su lugar. Su pelvis se mueve con más ímpetu, buscando su liberación, buscando acabar pronto. Aprieta los ojos con fuerza y deja caer su cabeza hacia enfrente, su frente chocando en el pecho de Kim, cuando finalmente logra liberarse. Sin detener sus movimientos, lleva su diestra al miembro del peli-azul, ayudándolo a acabar pronto de igual manera; cosa que no demora demasiado en pasar.

Taehyung le sonríe antes de atraer su rostro hacia él, besándolo en los labios con lentitud, disfrutando del contacto sin ninguna prisa ya. Deja que Jungkook salga de él y se acuesta a su lado; ambos mirando el techo de esa habitación sueltan un suspiro.

ーDebemos irnosー el menor habla luego de varios minutos en silencio, sus respiraciones siendo el único sonido abundando la habitaciónー. Tengo que llegar a casaー explica, silenciosamente diciéndole que no tiene otra opción. Jeon asiente rendido, sabiendo que no puede refutar ante esas palabras.

ーAnda, tomemos una ducha antesー Taehyung accede, su cuerpo pidiendo una lo más pronto posible. Ambos se ponen de pie sin siquiera inmutarse ante la desnudes ajena. Se internan al baño mediano de la habitación. Jungkook se encarga de poner la ducha en una temperatura buena para ambos, extiende su mano hacia Kim para ayudarle a entrar y evitar que llegue a resbalar.

Se ayudan el uno al otro, compartiendo palabras varias y risas. No demoran demasiado bajo el agua, Jungkook cierra las llaves y abre la puerta de cristal, toma las toallas ofrecidas y regresan de nuevo a la habitación, secándose el cuerpo rápido. Y aunque a ninguno de los dos les gustara la idea, volvieron a colocarse la ropa que traían antes de entrar ahí. Tomaron todas sus pertenencias y se sonrieron cómplices para compartir un último beso en la habitación.