Raro. [Kooktae]

Capítulo O9

Con irradiantes sonrisas en el rostro posan frente a la cámara frontal del celular, Jungkook se encarga de tomar la selfie (una más a su colección de ese viaje) con el maravilloso paisaje que tienen detrás de ellos. Taehyung pide verla apenas tiene oportunidad, su sonrisa se ensancha por consecuente y halaga a Jungkook por lo bien que luce en la foto, de quien sus mejillas se pintan de un tenue rojo por el reciente cumplido, haciéndolo ver tan malditamente tierno y lindo ante los ojos de Kim.

Continúan con su caminata, en algún punto de esta, deciden ponerse los lentes de sol para cubrirse de este mismo y seguir deleitándose con la maravillosa vista que los rodea, al igual que admirarla, claro. Están en su momento, uno muy feliz porque son ellos dos únicamente.  Amándose. Amándose sin pensar en segundas o terceras personas. Sin preocuparse por más nada que no sea disfrutar lo más sano posible de la compañía ajena, tatuarse mentalmente todo lo que están viviendo juntos. 

Más sin embargo, lo que ellos desconocen en su totalidad, es que a varios kilómetros de distancia, muy lejos de donde ellos se encuentran siendo plenamente felices, hay dos mujeres entrando en una pequeña (no realmente, pero evitemos exagerar con ellas) crisis. Diferentes razones, por supuesto, pero compartiendo el sentir de preocupación.

De primero tenemos a la señora Kim, a quien detallaremos apenas notó que Taehyung no estaba en casa. Ella siente su ojo derecho palpitar, en un claro tic de nervios y estrés acumulado (muy típico en ella en los últimos meses de su vida, jodido, ¿no?), y el dolor de cabeza ir incrementando con el pasar de los segundos. Es qué, simplemente no puede creer que su hijo se ha escapado bajo sus propias narices y ella no pudo notarlo o sospecharlo tan siquiera. Se siente estúpida e irresponsable. Siempre está tan metida en sus propios problemas que no fue capaz de prestar atención a su hijo en lo más mínimo o generarle la confianza suficiente para que le contara sus cosas. Los intentos de cartas encontrados en el cesto de basura se lo han demostrado.  

Taehyung intentó decirle que se iba, distintas palabras plasmadas en esas hojas arrancadas se lo dicen. Taehyung, su hijo... por favor, lo desconocía por completo y era recién que lo notaba. Queriendo o no, tuvo que ponerse en contacto con su casi ex-esposo para saber si el conocía el paradero de Taehyung. Al obtener una negativa, el hombre aseguró que iría a la que fue su antigua casa parra intentar resolver eso. 

Pero los días pasaron.

Por otro lado tenemos a la dulce y linda Nabi. Nabi, quien siente un muy mal presentimiento ir creciendo en lo más recóndito de su interior. Millones de escenarios se pasean libremente por su mente repetitivamente. Escenarios que no le agradan en los absoluto. Ha pasado casi una semana entera desde la última vez que obtuvo noticias de ambos. Casi una semana de tener este presentimiento de que el juego se le ha salido de las manos. Nadie sabe absolutamente nada de ellos, pero todos han notado sus ausencias y ella ha comenzado a recibir ese tipo de miradas que tanto aborrece sobre su persona. 

Necesita saber donde están, pero sobre todo, necesita saber que no están juntos. 

Así que apenas terminó algunas cosas que tenía que hacer en su casa, tomó camino hacia la casa de Taehyung, porque sabía que la señora Kim le diría sin dudar cualquier cosa sobre él. Ella la adoraba en comparación a la madre de Jungkook, quien seguía sin aceptarla a pesar de todos los meses y hace mucho que no iba a su casa, sería raro ir y preguntar por él tan de repente. Toca el timbre y en menos de un minuto el señor Kim es quien abre la puerta, se sorprende al verla y no se molesta en ocultarlo. 

ーNabi, ¿qué tal todo? 

ーTodo bien, yo... eh... venia a ver a Taehyung, hace casi una semana que no se presenta a clases y yo realmente estoy muy preocupada por si pudo pasarle algo.