~¿Bailas?~

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Las cosas comenzaron a complicarse con la llegada de Heidy en la antigua casa de Snape aquella misma tarde.
Tarde de hospedaje que duró casi una semana, pero Severus tenía otros planes, pasar la última y primera fiesta del año con Ariadna en la bahía, en su nueva casa, alejados de los problemas y de las personas.
No tenía malas intensiones, sino las de pasar un buen rato con la única persona que le comenzaba a importar, y haría todo lo necesario para tenerla cerca, incluso protegerla.

Las luces de la sala estaban tenuas y la comida estaba casi lista.
Severus estaba en su habitación y arreglaba su corbata, miró su aparecía elegante; un traje negro, camisa blanca y corbata negra
>>es demasiado<< pensó y se la quitó, se sentó en la cama frustrado, tenía el corazón acelerado, y las manos le transpiraban.

-Tal vez, es mejor sin corbata- se desabotono el primer botón de la camisa

El sonido de la puerta lo sacó de aquella impaciencia y al abrirla se encontró con la mujer dueña de sus latidos, la invitó a pasar y ésta le mostró su figura esbelta en un vestido negro aterciopelado.
Le ayudó con su abrigo y se adentraron en la sala.

-Supuse que sería una cena elegante, y no me equivoqué- rió nerviosa -se nota que te has lavado la cara y te has peinado, debería hacerlo más seguido- sonrío coqueta dejando pasar al can

- También me da gusto verte Magnus- dijo sarcástico

Se acercaron a la mesa.
Las luces de las velas hacían que el brillo de los labios de Ariadna brillaran, y provocaran ciertos sentimientos ya olvidados por el hombre.

Brindaron con vino espumoso, comieron y rieron toda la noche.
Pero no fueron simples conversaciones, pues se contaron cosas que nunca habían dicho a nadie, enseñaron sus demonios internos, dándose cuenta que estaban tan rotos como el otro.

La música del tocadiscos cambió con el pasar de las horas, y el efecto del alcohol comenzó a hacer su magía.

-¿Bailas?- extendió su mano hacia ella

-Si no te molesta la idea de ser pisoteado- rió

- correre el riesgo- la tomó de la cintura con delicadeza y pudo sentir el aroma de su cabello

- no sabía que el señor Severus Snape supiera bailar- dijo burlona

- hay muchas cosas que no sabes de mí- se miraron frente a frente y sus ojos se encontraron  -pero... ya que estamos en confianza, supongo que puedo, mostrarte algunas-

Nunca pensó que un par de ojos marrones le parecerían los más bellos del mundo, no por su color, sino, por sus preciosos rasgos.

Sus respiraciones chocaron y sintieron como sus cuerpo se erizaban.

Por primera vez en muchos años, Severus sintió paz en su interior y levemente los recuerdos obsesivos de Lily fueron desapareciendo.

Desde los ojos de Ariadna, su piel blanca y tersa, sus manos grandes, y su voz, aquella que comenzaba a gustarle, con ese acento tan suyo y sensual, sutil pero sensual, comenzaba a darle paz y seguridad, y de cierta forma le gustaba.
Ese hombre la estaba volviendo loca, loca de amor.

El aroma del vino y el calor que emanaban sus cuerpos hacían de ese momento; embriagador, las luces de las velas revelando aquellos detalles del otro, y sus labios... morían por besarse, por besar aquellos labios que alguna vez besaron a alguien más con el mismo fuego pero no con la intensidad que se tenían.

El espacio entre ambos se volvió inexistente.

Las manos comenzaron a viajar, la adrenalina se apoderó de sus mentes y sus labios se unieron en un tierno beso, el cual fue volviéndose salvaje mientras aumentaba el calor entre ambos.

Era como si el tiempo se hubiera detenido, y sintieron sus cuerpos flotar.

Aquello que se respiraba en el aire era amor, estaban enamorados, se amaban con locura, pero en el fondo, temían lastimar los sentimientos contrarios.

Los amores del pasado aún los persiguen con sus sombras, atormentando sus sueños y no dejando respirar el alma...

Sólo hará falta paciencia y tiempo para dejarse llevar... dejarse amar de nuevo.

El Diario Robado De Eileen Snape ☆🔮 [Severus Snape × Lectora] &gt;Terminada&lt;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora