La Boda

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el día de la boda había llegado. 

Luzu se terminaba de preparar en su oficina. acomodo su corbata negra y se cercioro de que su traje estuviera impecable. era un buen día para causar una buena impresión como el alcalde de ese lugar. 

solo se escuchaba en su oficina el sonido del reloj y a cierta distancia, pequeños sollozos de Rubias. pero basto con un fuerte "SILENCIO" para dejar callada a la morena. 

se miro al espejo que tenia en su oficina. estaba impecable y estaba guapo como siempre debió ser. aun se lamentaba haber desperdiciado su tiempo usando ropas tan holgadas, cuando claramente la elegancia y el iban de la mano.

"ojala quackity estuviera ahí" pensó por unos momentos mientras se acomodaba los cabellos. 

"No seas idiota, no estará ahí, no te encariñes con ese terrorista"

suspiro. no quería dejar que el sentimentalismo ganara a su ahora cargo como alcalde. 

debía detener a quackity, Capturarlo con vida y encerrarlo. tal vez, encerrándolo, podrían hablar. podría explicarle el porque hizo aquello, el porque había tomado el poder.

no quería que quackity se corrompiera por la oscuridad de los pueblerinos, de sus "amigos" y sobre todo, del poder que era Ser alcalde de un pueblo tan caótico como karmaland.  quackity era un niño de luz, un niño bueno, un niño inocente. 

si. eso era para Luzu.

alguien a quien quería mucho, alguien a quien quería proteger de todo lo malo. porque quackity era indefenso, vulnerable, confianzudo y blando. necesitaba que alguien como el lo cuidara de todo. incluso de el mismo.

porque incluso cuando estuvo ordenando los carteles de búsqueda, estuvo tentado a colocar "vivo o muerto" por la ira, el miedo y la tristeza que le había causado tras saber la muerte del cocodrilo que quackity le había regalado y el peligro que corrían sus dos hijos. pero no debía enojarse. 

quackity en estos momentos era un niño que estaba haciendo un berrinche y debía ponerlo en orden como el adulto que era el. si continuaba siendo así, reclutando a mas personas para su supuesta "revolucion" el berrinche seria peor. creía que llevándole la carne de osito bimbo funcionaria y buscaría hablar con el castaño pero había desaparecido junto a sus dos primos.

saco de su mochila de crafteo una fotografía. una donde estaba quackity parado detrás de la luz del sol. la sonrisa de quackity era tan deslumbrante como esa luz. le cegaba, era bella. como quería a ese pato. coloco la foto en su pecho y cerro sus ojos. 

lo extrañaba. quería verlo. quería ver su sonrisa otra vez, sus ojos tapatíos y contentos.  ¿y si solo dejaba todo tranquilo?

"es tu enemigo"

se miro al espejo y frunció el seño. nuevamente sus emociones estaban ganándole. guardo la fotografía; llamo a su asistente y luego de preparar todo, incluido el sabotaje del detector de mentiras que sapopeta había colocado en la comisaria, se dirigió a la boda de vegetta y lolito.



Rubius había citado a Lolito en su casa. Quackity y sus primos se habían marchado por el túnel temprano, ya que estaban terminando de armar aquel túnel para el plan del secuestro del hijo de Luzu. eso y otro plan que el oso había sugerido. a rubius el plan no le parecía mucho del todo porque no sabia la fiabilidad de los túneles, pero confiaba en que quackity era alguien capaz. se lo había mostrado durante la campaña, consiguiendo el cariño de todo el pueblo y además, había algo en los ojos oscuros del menor que le hacia creer en el completamente. por eso creía firmemente en el fraude de Luzu. era una lastima que se estuviera corriendo sangre inocente de animales, de los secuaces de Luzu y ahora, al parecer, también de personas cercanas a ellos como eran los hijos de Luzu.

Como Una Maldicion...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora