headcanon's de 👐shigaraki 👐

Expectativas

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Dubcon, secuestro, mamá torcida, yandere, asfixia, llanto

Shigaraki tiene grandes expectativas de ti. ¿Qué sucede cuando te quedas corto demasiadas veces?

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No estabas seguro de cuánto tiempo habías estado en esta habitación. ¿Semanas? ¿Meses? No había ventanas para darte una indicación de cuándo era de día o de noche. Dejándote solo adivinar cuánto tiempo había pasado. La habitación con poca luz estaba casi desnuda. Contenía un colchón desgastado, una lámpara, un televisor en el piso con una consola de juegos y una almohada frente a él, y una cocina improvisada compuesta por un refrigerador, una placa caliente y algunas sartenes rayadas. No eran para ti. La verdad es que no. Todo en esta habitación existía para su disfrute, incluyéndote a ti.

Ni siquiera tuviste el privilegio de tener una rutina aquí. Él lo visitaba cuando le apetecía y se esperaba que esperaras pacientemente hasta entonces. Hacía tiempo que dejaste de intentar escapar o incluso de expresarle tu desprecio. Si eras bueno, te invitaba a algo de ropa fresca o artículos de limpieza para mantenerte entretenido, y si eras malo, no se contenía en castigarte. Simplemente no valía la pena el dolor que causó. No era más que creativo al idear nuevas y aterradoras formas de castigarte, la idea de enojarlo te puso la piel de gallina. Y así, habías aprendido a comportarte.

Te daba vergüenza admitir que comenzaste a esperar sus visitas, pero cuando no tienes a nadie más que te haga compañía, te desesperas por cualquier forma de interacción social, sin importar cuán repulsiva fuera la persona. Te diste de menos cuando se había ido, y lo odiaste. El sonido de pasos acercándose te sacó de tus pensamientos, te levantaste del colchón, enderezando el delantal que te hizo usar. Sabías lo que se esperaba de ti y te preparaste para actuar. Tenías el guión memorizado. Era uno que te había servido bien la última vez que te visitó. Las cerraduras de la puerta hicieron clic cuando las abrió, su delgada forma larguirucha apareció en la puerta. Ya se notaba que estaba de mal humor; Parecía incluso más tenso de lo normal, lo que estaba diciendo algo.

tn:Hola cariño, ¿cómo estuvo tu día?

No dijo nada, mirando al suelo con su flequillo cayendo sobre sus ojos. Está bien, definitivamente de mal humor. Necesitabas darle la vuelta a esto y necesitabas darle la vuelta a esto rápidamente. Todavía tenías moretones de la última vez que no pudiste saciar su ira.

tn:Estoy tan feliz de que hayas venido a verme. Te extrañé. 

Lo intentas de nuevo, tal vez no quería hablar de lo que lo estaba molestando. Tal vez solo quería que lo distrajeras y le distrajeras lo que fuera que lo había puesto tan nervioso.

Todavía sin respuesta, parecía agravarse más. Su mano se movió hacia arriba para rascarse el cuello. La ansiedad en ti crecía con cada arrastre de sus uñas contra su carne, se esperaba que supieras lo que él quiere, y acababas de golpear dos veces. Todo lo que podías hacer era intentarlo de nuevo. Cada segundo que pasaba sin que trataras de apaciguarlo solo empeoraba las cosas.

tn:¿Quieres que te prepare la cena? Puedo hacer pollo al curry, es uno de tus favoritos después de todo.

 Te volviste de él para acercarte al refrigerador y él te agarró del brazo, cuatro dedos cavando en la carne blanda.

Giraste la cabeza para mirarlo, asegurándote de no estremecerte por su toque. Sin embargo, no podías evitar que tu voz temblara mientras hablabas: 

tn:¿Bebé? ¿Qué es?

Finalmente levantó la vista para encontrarse con tus ojos con sus ojos rojos, la mirada penetrando en ti. Los ojos que atormentaban tus pesadillas después de innumerables noches de él sacando sus frustraciones sobre ti. Él soltó tu brazo, pero antes de que pudieras sentir cualquier forma de alivio, extendió su mano y te empujó hacia atrás. Tropezaste, la parte posterior de tus rodillas golpeó el colchón antes de caer sobre él.