03: I really want one!

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Su aroma, una de las cosas que realmente le parecían muy adictivas.

El aroma de Chenle era llamativo y peculiar. Haciendo confundir a muchas personas sobre su estatus, y también sorprendiéndolo cuando este les aclaraba que en realidad era un omega común y corriente.

Una mezcla entre el olor fuerte del tabaco y el aroma relajante de la menta.

Sus padres se decepcionaron bastante al enterarse de que su hijo en realidad se había presentado como un omega. Y no como uno sumiso que solo estaba echo para cuidar y procrear, como la mayoría. Chenle era especial en ese sentido.

Era un omega con un olor fuerte, renegon, coqueto, transparente. Alguien que sencillamente no podía quedarse callado cuando se lo pedían y que estaba dispuesto a pelear hasta que le dieran la razón, si es que la tenía.

Su madre se esforzó por educarlo como la sociedad lo mandaba, de verdad lo intento.

Bueno, a Chenle la sociedad le valía  mierda. Si tenia que aclarar mil veces que era omega, lo haría sin ningún problema.

Los aromas fuertes eran para alfas, los suaves y tiernos pertenecían a los omegas.

Algo totalmente absurdo, porque un aroma fuerte se veía bien en un omega y un aroma dulce le quedaba muy bien a algunos alfas.
En cambio con JiSung era diferente. Él era un alfa dócil, fácil de convencer y también algo fácil de manipular —aunque ya está trabajo en esa parte—. Era amable y su olor a cafe y vainilla lo delataba. Pero su voz de mando y la superioridad que emanaba dejaban muy en claro que era un alfa, un tanto diferente, pero que por lo menos lo era.

Podía llegar a ser territorial muchas veces, protegía a sus amigos y nadie lo juzgaba, total, era su naturaleza. Muchas veces solía ser así con Chenle, su omega desde hace ya seis años, casi siete.

Un omega con un olor fuerte y un alfa con olor dulce. Sencillamente, eran perfectamente imperfectos.

Como dicen por ahí, los polos opuesto se atraen y eso pasó con ellos.

Un día tranquilo en el centro comercial que quedaba cerca de la academia en la que trabajaba Chenle. Alfa y omega se encontraban caminando por los pasillos, agarrados de la mano mientras uno de ellos tenía un basito de helado de chocolate con menta.

Chenle de verdad no sabia porque había dejado que su alfa comprar tal sabor repugnante.

— Es asqueroso —saco la cuchara de su boca y formó una mueca con esta después de eso. JiSung también lo hizo, pero no era de disgusto, era de reproche.

— Es rico —se defendió, metiendo otra cucharada de helado a su boca.

Chenle la verdad solo había aceptado comprarlo por JiSung. Pero, de verdad puede decir que hace parte del grupo de personas que odian el chocolate con menta.

— Sabe a pasta de dientes. Siento como si me estuviera lavando los dientes, puaj —volvió a hacer la mueca.

— Omega exagerado —susurro por lo bajo y agradeció a la madre tierra y a su ser celestial que Chenle no lo escucho porque desvío su vista.

Claro, ni JiSung, ni su lobo interior se sorprendieron mucho cuando vieron la razón por la que su omega se distrajo.

Un perrito, uno que parecía una nube. Era grande y muy peludo, más bien, parecía un algodón de azúcar sin ningún tipo de colorante o saborizante. Chenle lo miro enamorado, incluso quizo acercarse a saludarlo, pero su alfa lo tomo antes de que si quiera pudiera acercarse.

— Te recuerdo que tienes que tener cuidado al acercarte a cualquier animal. La última vez te mordió uno —le susurro con calma al oído, mientras metia otra cucharada de su helado a su boca.

Ice Cream Cake | JiChenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora