Ice Cream Cake | JiChen

07; But he can fall in love again.

— Pasado —

Chenle salio de aquel salón más mareado que de costumbre y la verdad no se quejaba. Porque si lo que dejaria asi sería aquella fragancia que le regresaba a una bebida de cafetería, quería estar mareado por el resto de sus días.

Apenas dieron las cinco y media, él recogió todas sus cosas y salió del salón como si de una bala se tratase.

¿De verdad era el único que podía oler ese aroma a cafe y vainilla tan fuerte? Al parecer si.

No le importo, coloco sus audifonos a todo volumen como era de esperarse y solo se dirigió a las canchas de volleyball. La profesora que entrenaba al equipo de volley era la misma que les daba educación física, así que ella lo dejaba quedarse esperando a Jeno hasta que acabaran. Incluso aveces lo dejaba jugar con los de su equipo.

Chenle era bueno, pero prefería mil veces la danza, el canto o el basket.

Cuando llego, fue recibido por el sonido de las pelota chocar contra el piso del campo. Algunos estaban practicando recepción y otros saques, por eso era que había algunas pelotas volando por todas partes.

Chenle fue recibido por Jeno apenas lo vio. Él dejó sus cosas en las gradas y se acercó a su amigo, cubriéndose por si alguna de las pelotas le pegaba en la cara.

Por eso los balones le daban miedo.

Era ilógico que le dieran miedo los balones y que se destacara en los deportes en donde más estaba en peligro de ser golpeado por uno.

— ¿Cómo te fue en tu dichosa clase? —Jeno le tiro el balón y Chenle lo recibió con las dos manos. El chino se lo lanzó de vuelta.

— Digamos que bien. Solo llegue tarde —Chenle hizo un intento de recibir, pero el balón pegó solo en uno de sus brazos y se fue para otro lado—. Perdón.

— Vas por el.

Chenle le rodó los ojos a el alfa y corrió lo más rápido que sus piernas le permitieron para poder ir por el balón. Cuando lo tuvo en sus manos, esta vez camino porque no pensaba ir corriendo hasta donde estaba Jeno.

Menos mal no corrió.

Se quedo quieto y congelado en su lugar cuando un balón le pasó por el frente a toda velocidad.

— ¡Controla tu fuerza! —una voz que no conocía grito. Chenle se agachó dispuesto a lanzar el balón, tal vez mucho más fuerte de lo que lo había lanzado.

Era un omega rencoroso. No podían culparlo.

— De haberte quedado ahí, pude haberte mandando a enfermería —y otra vez el maldito sonrojo subió por toda su cara.

¿Ese tal Park JiSung dejaría de perseguirlo algún día?

— Si, no me digas —le dio el balón.

— ¿Por qué te sonrojas? —Chenle sintió su cara caliente, demasiado caliente, casi podría decir que tenía fiebre.

— ¿Sonrojado? Pff, jamás, por dios —el maldito alfa coloco el balón a un costado de su cuerpo y ya tenía al lobo interior de Chenle babeando por él—. Fue por el susto.

JiSung soltó una pequeña risa nasal y se le quedó viendo.

— ¿Qué tanto me ves? —el alfa negó.

— Eres lindo —Chenle no sabía hasta que punto su cara podía volverse roja. Tal vez ese día lo había descubierto—. ¿Juegas?

— S-Si... ¡No! No, no —aclaro rápidamente. Por su nerviosismo dejo caer el balón y se quiso pegar fuertemente en la cabeza—. Solo vine a acompañar a un amigo... prefiero otras cosas.