YoonGi

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Luego de una hermosa velada, al día siguiente por la madrugada, los mayores emprendieron rumbo hacia el aeropuerto dónde su vuelo saldría directo a China.

Estos se despidieron de sus dos hijos antes, Lisa personalmente los dejó en las puertas del mismo aeropuerto, mientras que un JungKook dormía plácidamente, por supuesto, no sin antes despedirse de los invitados, amigos y novia. Yeon por decisión propia fue dejada en su casa por el chofer de la familia Jeon, entendiendo el punto del alfa al expresarle su cansancio.

Mientras que, un YoonGi sumamente discreto ingresaba al hogar, no sin antes haber dejado a su cachorra con HoSeok, su mejor amigo, el único quién le brindó ayuda y apoyo en el momento que más necesitaba, el beta desde entonces, se encargaría de ir a dejar e buscar a Chae Rin a la escuela.

- Que silencio.- murmuró dejando sus cosas en el cuarto de empleados. Colocándose su uniforme que consistía en una; filipina blanca con bordados negros y botones del mismo color, un delantal el cuál lo ató firmemente en su cintura, gorro alto y blanco, zapatos cómodos e esenciales para la cocina.

Para el comienzo del día, prepararía un desayuno gourmet sencillo. Según tenía entendido, a los hermanos Jeon, le gustaba mucho algo ligero pero comestible, lo suficiente como para soportar unas cuántas horas hasta llegar de nuevo a casa para almorzar. No fue mucho lo que tuvo que pensar, pico algunas frutas, preparó jugos exprimidos de fresa y naranja, tostó pan y lo unto con un poco de mantequilla, sin olvidarse del café con leche para el menor y un café americano para la mayor.

Eso le llevó un par de horas pero siendo puntual, ordenó todo en dos bandejas distintas y pidió a la chica encargada que lo llevase a la mesa. Esperaba con mucha devoción que todo lo preparado haya sido del gusto de los dos.

Suspirando, quitó su sombrero y dejó en una banquilla, seguido se sirvió un vaso de agua pura y bebió en seco debido al calor y cansancio ante el tiempo de preparación del mismo. Dejando el vaso en la isla, abanico su rostro con la mano y dejó salir una sonrisa, una que con frecuencia mostraba para evitar preocupar a los demás.

Ni ella sabía porque de un momento a otro, comenzó a sentir ansías y nervios. Dentro de sí, su lobo movía ansiosamente la colita con emoción, YoonGi frunció su ceño y trató de calmar eso pero era inevitable.

- El joven Jeon, pide que prepare un desayuno igual para la señorita Yeon.- anunció la misma chica una vez ingresado a la cocina.

YoonGi por supuesto asintió, colocándose nuevamente su gorro, se puso en marcha. - ¿Café con leche o Café americano?.

- Macchiato.- dijo según lo ordenado.

De acuerdo, esta niña tenía buenos gustos. Claro era alguien criada y educada de mucho dinero, un poco obvio a decir verdad. YoonGi no se le hizo problema y lo preparó en cuestión de minutos.

- Que tenga un buen desayuno.- mencionó entregando la bandeja. Luego de que se fuera, el omega respiro otra vez pero sintiendo una nueva sensación, su lobo mostraba de nuevo su malestar.

¿Qué rayos sucede?.

Alfa.

- ¿Alfa?.- preguntó para si mismo.

Alfa está cerca. Alfa se aproxima.

Sin embargo a YoonGi le llegó muy tarde la respuesta y más cuando desvió su mirada al marco de la puerta y allí estaba, el mismo chico que conoció hace unos cinco años atrás.

Los años le favorecieron, no solo creció en altura. Podía notar esos rasgos masculinos definidos en todo su cuerpo. Escaneo sin ser consciente desde el cabello hasta la punta de sus pies. El tipo si que era jodidamente atractivo para cualquier. Y más si este llevaba consigo un traje Gucci negro puesto, con camisa blanca y corbata azul, zapatos a juego y un reloj Cartier que combinaba perfectamente con el traje y tonalidad de cabello azabache.

Sobre todo, sintió una leve atracción hacía su aroma mezclado con una fragancia de Versace que afectó todo su sistema sin siquiera hacerle pronunciamiento alguno. Ese aura dominante y serio, hizo al omega temblar en su puesto.

- Buen día, joven YoonGi.- habló adentrándose a la cocina.

Este parpadeo con timidez y oculto el leve rubor en sus mejillas. Había sido descubierto al observarlo tan abiertamente.

- Buen día, joven Jeon. - respondió educamente. - ¿Qué tal el desayuno?.

JungKook se encogió de hombros, escondiendo su nerviosismo a través de aquella aura que suele mostrar con desconocidos. Abrió el refrigerador, buscó un vaso y sirvió en el un poco de agua.

- Exquisito.- elogió sonriente, olvidando por completo su papel serio.

- Me alegra saberlo.- sonrió.

Alfa.

Otra vez lo mismo, YoonGi bufó sin ser notado por JungKook quien evitaba mirarlo a como dé lugar pero le era imposible.

Su lobo ansioso hizo que sintiera curiosidad por conocerlo en persona.

Omega, nuestra omega está cerca.

- Creo haberte conocido antes.- habló cortando ese incómodo silencio.

YoonGi elevó su mirada a él con asombro.

Él nos recuerda.

- ¿De verdad? Lo dudo.- respondió haciéndose el desentendido.

JungKook sonrió y rasco su sien apenado de no haberla reconocido antes.

- Nos conocimos en una situación poco agradable. Pero ahora que estoy consciente me presentaré de manera correcta.- dijo. - Soy Jeon JungKook, un gusto.- mencionó extendiendo su mano hacia el.

JungKook, alfa.

YoonGi negó ignorando a su lobo, extendió también su mano y la estrecho con la de este.

- YoonGi .- comentó.

- Disculpa mi atrevimiento pero, ¿no tienes apellido, YoonGi?.- preguntó.

El omega no dijo nada sólo respondió con una breve movida de cabeza. JungKook comprendió que no debía haberle preguntado eso sí apenas lo conocía. El era alguien ajeno a él y no estaban en total confianza de hablar dichos temas, de inmediato se arrepintió de sus acciones y quiso disculparse pero ambos fueron interrumpidos por la repentina aparición de Yeon.

- Bebé, ¿todo bien?.

JungKook y YoonGi deshicieron el estrecho de manos y alejaron rápidamente del otro.

- Oh si, solo sentí curiosidad por conocer al nuevo chef que reemplaza a noona.- excusó, no mintió en absolutamente nada.

El aroma a fresa y durazno lo sintió desde lejos, aquel aroma que lo llamó desde que bajó por las escaleras. Sin embargo, esperó hasta después del desayuno para conocer al causante de su curiosidad. No pensó nunca en que se tratara del mismo chico que conoció en aquel lugar hace cinco años, sin duda la belleza del omega lo dejó sin palabras.

YoonGi desprendía algo distinto que te invitaba a conocerlo. No pensaba que con una simple vista, quedara cautivado. Ese omega mostraba amabilidad, tímidez y atracción.

Sería un completo desafío para JungKook en tener que lidiar con ese hermoso chico de cabello azabache y ojitos almendras.

My Soft Omega ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora