Sweet

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A YoonGi le tocaba la tarea de ir a dejar a la cachorra e ir a buscarla. No le preocupaba aquello sino en que dirían sus jefes si se retrasará un poco más de la cuenta. No le gustaba ser impuntual ni mucho menos irresponsable, por ende, como los hermanos desayunarian fuera, le dio tiempo de relajarse en casa y preparar algo exquisito para su niña.    

— Apa, eso se ve delicioso.- mencionó Chae Rin con sus ojitos brillosos. YoonGi sonrió y le dio de probar un poco de aquel jugo de mango y naranja.    

— ¿Te gusta?.    

La de ojitos almendras iguales a el, asintió dulcemente. Bebió todo el líquido y dejó el vaso vacío en la isla de mármol. YoonGi dio unos últimos retoques a los waffles con miel, con suerte ya tenía todo puesto y sólo faltaba servir.    

— Listo.- anunció satisfecho. Su cachorra aplaudió contenta y felicitó al mayor, dándole un ligero abrazo para después correr a la mesa y esperar por su grato y delicioso desayuno. — Hoy estaremos solitos, tu tío Hobi llegará tarde.   

— Tío Hobi prometió hacerme el helado de vainilla, no lo dejaré dormir hasta no ver mi postre.- chilló con un puchero al masticar su waffle untado en miel. YoonGi rió y negó, sentía compasión de su amigo. Su cachorra era muy exigente en ese sentido.   

— Ya termina de desayunar, señorita.- dijo riéndose, con su tenedor lleno de crema, dejó un poco de merengue en la naricita de Chae Rin y por supuesto, esta también rió e imitó a su padre.    

YoonGi asintió una última vez antes de tomar su café. Chae Rin a veces le pedía muy severamente que no se exigiera y no le hiciera su plato favorito a nadie.    

— ¿Apa, estás bien?.- preguntó la menor viendo a YoonGi perdido en sus pensamientos, el omega asintió sin querer preocupar a su niña.    

— Ve a lavarte los dientes.- susurró algo ido, claro eso hizo la cachorra azabache. Siempre que podía, notaba el decaimiento emocional de su padre, muchas veces le observaba con total atención, aunque intentase ocultar que su aroma saliese amargo, Chae Rin era demasiado lista y audaz como para no adivinarlo.    

Era por ello que hacía todo lo posible para hacerlo reír, sonreír y verlo feliz. Nunca se atrevió a preguntar por su otro padre, quizás si lo intentaba o mencionaba... tampoco le interesaba saberlo, vivía bien y conforme con su papá  y tío  ambos se encargaban de su bienestar y de eso, estaría siempre agradecía. Prometiéndose asimisma ser el orgullo de YoonGi, de su tierno y amoroso padre.    

Quería a las personas correctas para el bien de su padre y tío.   

Y se encargaría de encontrarlas, claro que sí.   

Alzando un puñito al aire como promesa silenciosa, bajó encontrándose a su padre a la espera de ella.    

— Estoy lista, apa .- dijo hacía YoonGi, esta le sostuvo su mano y juntas salieron de casa, rumbo a su escuela.

   

   

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