My Soft Omega ✔️

Cercanos

YoonGi se despidió de JungKook una vez que llegó a la puerta de su casa. El azabache se marchó luego de que el ingresará dentro.

— ¿Qué son estas horas de llegar, YoonGi?.- dijo HoSeok detrás. El omega se asustó y tocó su pecho.

— Por favor, casi me da un infarto.- mencionó con exageración. HoSeok rodó sus ojos y cruzado de brazos, arqueo ambas cejas con una clara sonrisa de picardía.

— Acaso... estabas con...- comentó con emoción pero YoonGi lo frenó.

— No me malinterpretes Hobi, no estaba con nadie.- explicó. — El joven Jeon se ofreció a traerme. A pesar de negarme, el insistió y bueno.. No pude decirle que no.- susurró. HoSeok abrió sus ojos asombrado y tapó su boca, evitando que un grito saliera. Chae Rin dormía y lo que menos quería era despertarla.

— ¿Cuál de los dos?.- preguntó. — La atractiva rubia o el azabache sexy.- comentó picando su mejilla. YoonGi esta vez fue quien mostró asombro. El ardor en sus cachetes lo delató, HoSeok rió.

— Eres demasiado extrovertido, yo no te crié así Jung.- espetó ofendido. El beta rodó sus ojos y bufó. — El azabache sexy.- respondió a su pregunta.

Ambos se miraron entre sí, riéndose como dos niños y juntando sus manos. Empezaron a saltar en círculos, o más bien, HoSeok lo hizo. Ahora tenía un motivo para molestarlo todos los días. YoonGi entendiendo su arrebato, lo fulminó con la mirada y le advirtió que no dijera ni insinuara nada frente a la niña. El pelirrojo no prometió nada pero si iba a intentarlo.

— Es hora de dormir.- dijo ya cansado. Hobi asintió sin borrar su sonrisa. YoonGi suspiró. — ¿Chae Rin duerme?.

— Así es, le hice su postre de vainilla antes.- mencionó subiendo escaleras a la par de YoonGi.

El azabache le agradeció enormemente por cuidar de su cachorra. Hobi se despidió y entró a su habitación mientras que YoonGi ingresó primeramente al de su niña. Allí vio como esta dormía acompañada de su osito de peluche. Le besó su mejilla y acarició el cabello.

— Descansa, mi niña.- sonrió y arropó con la fresada de flores. En silencio, se retiró del mismo y cerró la puerta tras de el con sumo cuidado.

Chae Rin parpadeo un poquito, sonriendo al sentir la suave caricia de su padre. — Descansa, apa.- mencionó antes de volver a cerrar sus ojitos y dormirse abrazando fuertemente a su peluche y fresada. Era una noche fría y necesitaba estar arropada.

Al día siguiente, YoonGi nuevamente le tocó dejar a Chae Rin en la entrada de la escuela. HoSeok se encontraba en época de exámenes por lo que no estaría tan atento a la niña y el por supuesto que lo entendía. Problemas no tuvo ya que le informó de anticipación a sus jefes que llegaría un poquito tarde. Sólo Lisa estaba enterada de ello, JungKook aún no lo sabía.

No le mientas a nuestro alfa.

Desde que vio a JungKook que su lobo no dejaba de chillar o mover su colita con emoción cada vez que se acercaba a él o viceversa. Anoche lo comprobó, el aroma a pino y canela logró impregnarse en sus fosas nasales y desde entonces que no lo había podido olvidar.

— Claro que no.- murmuró bajito, además tampoco entendió el porqué respondió tal cosa. Vio a su niña, esta observaba las vitrinas de cada tienda por la que pasaban.

— Apa, ese peluche de conejo es hermoso.- manifestó arrastrando al mayor hacía la tienda de juguetes. — Es enorme y se ve tierno y esponjoso.- sonrió pegando su rostro al vidrio. — ¿Me lo puedes comprar?.- pidió saliendo de su ensueño con el peluche.

— Sí.- respondió en broma. — Quizás cuando gane la lotería o un bono extra.- dijo llevándosela de ahí. Chae Rin se quejó y chilló, ella quería a ese peluche y lo conseguiría, si su padre no podía, seguramente su tío Hobi sí, y que mejor que presentarle al chico que visitó ayer y tuvo la cortesía de saludar en la mansión Jeon.