Instinto

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JungKook no dejaba de observar a YoonGi, desde aquella vez que ambos estuvieron solos que su mirada no se apartaba del omega azabache. El mismo le sonreía cada vez que se acercaba o no dudaba en conversar cosas triviales o recetas nuevas que acababa de crear, y por supuesto, él oía atentamente a cada enunciado que esta decía, como si fuera su cable a tierra luego de jornadas laborales extensas.

Claro, contaba con ayuda de su hermana y amigos. Desde entonces, estos empezaron a visitar seguido a JungKook, y el alfa comprendía que el motivo de sus visitas no era precisamente para conversar de negocios sino probar la exquisita comida que YoonGi hacía y eso en parte, no le agradaba, su lobo gruñia bajito al ver a otros acercarse al omega azabache.

Incluso JungKook había conocido a la pequeña Chae Rin, no iba a negar que a principio pensó que aquella niña era alguna sobrina o hija de alguna amiga conocida. Nunca imaginó que fuera hija de YoonGi, aunque pareciera estúpido ya que esta era igual a su padre.

HoSeok también tuvo el honor de conocer a este, en persona ya que solo lo conocía a través de fotos. Para su gusto, le agradaban los gatos que adoptó hace poco. Nada personal pero los felinos eran incluso más agradables que el alfa. YoonGi le regaño, su mejor amigo era demasiado honesto con respecto a lo que piensa.

— Me muero por probar el platillo de hoy.- dijo NamJoon una vez se sentó en la mesa principal junto a TaeHyung, Lalisa y JungKook.

— Yo igual.- concordo el menor de los cuatro.

JungKook rió, y si estos fueran más astutos se hubieran dado cuenta del pequeño sarcasmo que implementó. Lisa lo notó, en verdad, todo este tiempo observó de cerca a su hermano y su relación tan cercana y amistosa con YoonGi, algo le decía que esos dos tenían muchas cosas en común pero eran demasiado tercos para admitirlo. Guardaría silencio y utilizaría aquella arma poderosa en el momento oportuno.

— Oh pero si es la pequeña Chae Rin.- sonrió NamJoon al ver a la niña ingresar al comedor. — Ven aquí con el tío Nam.- extendió sus brazos.

Chae Rin corrió rápidamente hacía el alfa rubio. HoSeok apareció de repente, había descuidado a esa pequeña rebelde apenas le dio la espalda, ya buscaría la forma de vengarse.

— Debí tomar más en serio esas clases de cardio.- resopló, recuperando el aire perdido sin percatarse que varios estaban mirándolo. — Chae Rin, te quedas sin postre de vainilla por un mes.- le señaló con su dedo índice.

— ¡Ñoooooo!, todo menos mi postre de vainilla, tío Tae dile algo.- acusó con un puchero.

HoSeok frunció el ceño, ¿tío qué?. Y es ahí dónde se dio finalmente cuenta de la presencia de estos. Sintió una vergüenza enorme, quedando sin habla delante de todos. Tragó en seco e intentó justificarse o decir algo coherente sin trabarse.

— Por amor de mi madre.- tapó su rostro totalmente pintado de rojo. — Y-yo lo siento, es que... Aish, me las pagarás Chae Rin, con permiso.- hizo una reverencia rápida y se dirigió a la cocina junto a su hyung.

Los cuatro reaccionaron diferentes, JungKook le restó importancia, NamJoon rió chocando palmas con Chae Rin, Lisa negó sonriente y TaeHyung simplemente quedó impactado, más por la belleza de aquel muchacho. Le pareció muy tierno.

— Oye, así que el es el hermano de tu papito.- sí, no se quedaría sin obtener información valiosa. Chae Rin dejó de reír y su expresión cambió de un momento a otro.

— No, es la mejor amigo de mi padre. Tío Hobi, el nos recibió en su hogar. Desde entonces, hemos permanecido a su lado.- respondió con toda confianza. — Le gustan mucho los gatos, su color favorito es el amarillo y estudia repostería, su postre favorito es un rico tiramisú con helado de fresas y crema.- comentó.

TaeHyung abrió sus ojos sin creer que esa niña le proporcionará dicha información, valiosa por cierto. Hizo una nota mental para no olvidarse, lo escribiría en su teléfono después.

— Le gusta salir, ser alguien independiente. Es curioso, le tiene pánico a las insectos y le asusta las alturas. Le fascina todo lo que es tierno y esponjoso, le gusta ser escuchado y también escuchar. De nada.- cruzó sus brazos, el resto guardó silencio, sorprendidos. — Sé que apenas te conozco pero tienes potencial para ser el alfa ideal para mi tío, tienes todo lo que busca en un hombre.- afirmó. — Ah, y los deportes no son lo suyo.

TaeHyung se quedó sin palabras, en verdad no sabía cómo tomar todo lo que la pequeña Chae Rin le mencionó. JungKook quiso reírse de la expresión del menor, miró a la niña y esta sonreía orgullosa.

— Sabes, creo que tú y yo nos llevaremos bien.- dijo el azabache, captando su atención. — Chae Rin.- sonrió, extendiendo su mano hacía la niña.

— Estoy segura de eso, señor Jeon.- aceptó el estrechon de mano. JungKook y ella se llevarían muy bien. Estaba segura que si.

El comentario de Lisa dejó a ambos un tanto asombrados.

— Saben, parece la típica escena de padre e hija planeando cosas.

NamJoon fingió toser, TaeHyung aún seguía en sus pensamientos anotando toda información, repitiendola una y mil veces en su mente mientras que JungKook le fulminó con la mirada y la niña, quedó boquiabierta con sus ojitos almendras bien abiertos.

— Bueno, a tía Lalisa le gusta mucho bromear.- intentó intervenir NamJoon, aligerando el ambiente.

Lisa iba a negarlo pero en ese momento, apareció YoonGi seguido de las demás nanas con bandejas platinadas con copas de cristales delicadas y mucho aroma exquisito provenir desde las mencionadas primeramente.

— Espero les guste.- sonrió, acomodando todo en su lugar. YoonGi abrió la tapa de cada una de estas.

A los cuatro chicos se les hizo agua la boca, inhalando el aroma a carne horneada con diferentes condimentos acompañado de un puré a la boloñesa y distintas salsas como acompañante.

El estómago de TaeHyung hizo eco en aquel comedor. Una de las nanas, empezó a servir cada plato, mientras que otra servía vino y jugo de naranja para Chae Rin.

— Que JungKook-oppa pruebe primero.- sugirió Chae Rin.

Los tres restantes estuvieron de acuerdo con la pequeña. JungKook no se opuso a ello, cortó un trozo de carne el cual lo juntó con puré y salsa verde. Se lo llevó a la boca y degusto masticandolo. YoonGi estaba atento a la reacción del alfa, sintiéndose ansioso por dentro y nervioso por fuera.

El azabache tragó por completo su trozo, limpió sus labios y aclaró su voz.

— Exquisito.- admitió. — Cada día me sorprende aún más, joven YoonGi.- comentó dirigiendo su mirada al omega.

YoonGi sonrió un poquito, ocultando su leve sonrojo en sus mejillas por el halago del alfa. JungKook disfrutó de ello porque fue el único quién se dio cuenta de ello.

— Entonces no hay tiempo que perder, a comer se ha dicho.- dijo NamJoon para empezar a degustar. El resto también lo hizo, por supuesto, el rubio ayudó a la niña con su plato. — Deberías ayudarme a encontrar a mi pareja, veo que tienes buen ojo.- le susurró cómplice, Chae Rin bebió de su jugo y asintió sonriente. Con gusto ayudaría a su tío favorito.

Chae Rin tenía un instinto único para observar a las personas, quizás lo heredó de su padre a quien desconocía o quizás sólo era su experiencia de convivir entre adultos agradables como su padre y tío.

Sobre todo porque al igual que Lisa, la azabache pequeña también presentía que tanto en JungKook como su padre, existía un vínculo que solo ellos podían tener y transmitir. También le agradó oir el como su tío los comparó a ambos.

JungKook atrajo su interés, como si fuera alguien cercano a ella y su padre. De todas formas, Chae Rin lo averiguaria en cada oportunidad que se le presentara.

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