Destinados

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YoonGi miraba a JungKook hablar por teléfono, desde hace meses había notado el cambio de humor que tuvo y gracias a Lisa, supo que aquella razón era debido a su rompimiento con Yeon, quien por cierto, se fue a América ya que gracias a sus esfuerzos, se le fue proporcionada una beca única para trabajar en la empresa más prestigiosa de New York.   

Sintió la necesidad de hablar con él, acercarse y darle a entender que el estaba ahí para escucharlo y aconsejarle sea cual sea la situación. No obstante, desistió de ello, el era su empleado no su consejero ni amigo y JungKook tampoco tuvo esa intención de ir hasta el, lo entendía perfectamente.    

Por esa razón, TaeHyung le recompenso comprandole el conejo de peluche que tanto le gustó a la niña. Y no sólo eso, todos los días se aseguraba de hacerle llegar un obsequio distinto. Chae Rin se había sacado la lotería con su ahora oficialmente tío Tae. Y no era para menos, ahora que lo recordaba, también se dispuso en ayudar a sus demás tíos, Nam y Lalisa.    

También tuvo el gusto de conocer a Kim SeokJin y su esposa Kim DaHyun, quienes llegaron un día de visita a casa con su linda hija de apenas cinco meses, Kim Jennie.   

— ¿Ya estás de salida?.- preguntó JungKook una vez terminó de hablar por teléfono. YoonGi asintió poniéndose su abrigo.    

— Así es, Chae Rin sale en treinta minutos y debo estar allí antes.- respondió.    

El alfa carraspeo su garganta, asintiendo. — Entonces, no hay tiempo que perder.- comentó, sorprendiendo a YoonGi. — Vamos que el tráfico a estas horas pega fuerte.- dijo dirigiéndose a la puerta principal.   

El omega confuso le siguió, pidiendo explicaciones internamente del porqué de la nada, JungKook se ofreció a llevarlo.   

— Sube.- pidió, abriendo la puerta del copiloto para el.    

El omega aclaró su voz, rompiendo el momento tan mágico entre ellos, aunque ni el ni su lobo lo desearán. JungKook tragó en seco notando el sonrojo de YoonGi desde cerca, aún no se había alejado por más que lo intentará, su mirada viajó a los labios de el. Fue entonces que decidió apartarse antes de cometer un acto indebido que llegase a incomodar a YoonGi.    

Ante todo, era un alfa respetuoso.

— Pon la dirección en el GPS.- habló al encender el vehículo. YoonGi parpadeo saliendo del momento vivido hace segundos para torpemente colocar la dirección de la escuela.    

Los portones se abrieron automáticamente dándole paso al auto para que finalmente salieran de la mansión y fuesen en busca de Chae Rin.    

Era la primera vez que JungKook se ofrecía para eso, y para que mentir, eso le causó un poquito de alegría al omega azabache para no decir mucho.   

[...]   

El camino fue silencioso pero cómodo, al menos así lo sintieron sus lobos por la cercanía del otro. Pero para JungKook y YoonGi lo contrario, ninguno aún podía apartar de su mente, aquella ocasión tan especial e inesperada. Por su parte, el alfa mantuvo su postura firme, debía tener los ojos sobre la carretera si no quería terminar con ellos dos en un hospital.    

— ¿Deseas quedarte aquí a esperar o prefieres que bajemos?.- preguntó el castaño animándose a mirarlo.   

— Es conveniente que bajemos.- respondió, y no es porque quisiera huir de él, o bueno un poco sí ya que sentía que si se quedaba dentro del mismo espacio que JungKook, no soportaría los nervios y la extraña sensación que empezaba a sentir.    

JungKook no se opuso, es más, salió del auto primero y abrió la puerta para que YoonGi bajara, siendo observados por varias madres y padres que se asomaban en espera de sus hijos, reconociendo al alfa castaño. Sorprendidos de saber que el omega tenía al mismo Jeon JungKook como pareja, creando suposiciones que los llevaban a esa representación.   

My Soft Omega ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora